Por JUAN CARLOS CHAVEZ/jcchavez@elnuevoherald.com
En la primera de sus dos reuniones ordinarias del año, la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (Parlamento), abordará este domingo la agenda socioeconómica de la isla, agobiada por enormes deficiencias y limitaciones de su aparato productivo que afectan la vida diaria de la población.
"La situación está muy difícil. Cuba no tiene divisas y las soluciones que ha propuesto Raúl Castro son pequeñas medidas que no van a resolver el gran problema'', afirmó Jaime Suschlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS) de la Universidad de Miami.
La sesión revisará la liquidación del presupuesto del 2009, entre otros temas, así como dos proyectos de ley, uno sobre seguridad vial y otro para dividir en dos una de las provincias del país, con lo que pasará a tener 15.
Cuba encara una crisis asfixiante de liquidez de divisas duras que son necesarias para el pago de productos de primera mano y bienes de consumo desde el extranjero. El gobierno de Raúl Castro debe importar entre 60 y 80 por ciento de los alimentos de la canasta básica familiar para sus 11 millones de habitantes. La inversión representa un gasto anual de $1,400 millones.
El freno de la economía y la agudización de la carencia de rubros esenciales en el 2009 también golpearon la meta de crecimiento fijada por el régimen de 6 por ciento a menos de 1.4 por ciento para el cierre del año.
Además de la crisis internacional y el impacto de $10,000 millones en daños provocados por el paso de tres huracanes en la temporada del 2008, Cuba ha visto una disminución importante de sus ingresos y el cierre obligado de industrias.
La isla tocó fondo por la depresión del sector turístico, que se contrajo 10 por ciento, y trastabilló por la caída del flujo de remesas, mientras vió desplomarse el precio internacional del níquel, su principal exportación, en 50 por ciento.
Oscar Espinoza Chepe, economista y periodista independiente residente en la isla, declaró que la población espera cambios efectivos para "arreglar'' la economía. Sin embargo, señaló que no tiene muchas esperanzas sobre los resultados de la primera reunión ordinaria dominical.
"Creo que en el gobierno hay un sector reformista pero parece que ha habido un contrataque de los elementos reaccionarios. Es posible que este domingo no pase nada y no escuchemos ninguna noticia de cambio. Estoy escéptico'', anotó Espinoza.
El año pasado, el gobierno cubano debió congelar alrededor de $600 millones en cuentas bancarias de empresas extranjeras que hacen negocios en la isla para oxigenar sus números y buscar cierto equilibrio de efectivo. La estrategia se da a la sombra de su dependencia de subsidios provenientes de Venezuela, uno de sus más estrechos socios comerciales de bienes y servicios. En el rubro de hidrocarburos, Venezuela suministra a la isla unos 100,000 barriles de crudo diarios.
Los llamados a la austeridad y la eficiencia hechos por La Habana en meses recientes contrastan con los alcances de la ejecución presupuestaria en el primer semestre del 2010. Según medios oficiales cubanos, los indicadores arrojan un déficit por debajo de lo previsto de un poco más de $400 millones de dólares.
El cese del vínculo laboral de miles de empleados cubanos es otra de las grietas del aparato económico y social que amenazan con profundizar la gravedad de la situación interna cubana. Recientemente La Habana anunció que llevará a cabo una fórmula para aliviar la carga burocrática que afecta el impulso de sectores emblemáticos de la revolución, como la educación. Según el ministro de este portafolio, Miguel Díaz-Canel, menos del 50 por ciento de los trabajadores del sector educativo están vinculados directamente al quehacer docente. El gobierno cubano estima que hay un excedente de 117,000 trabajadores en esta plataforma.
En total, Cuba planea eliminar aproximadamente un millón de plazas en el Estado. La fórmula podría afectar hasta 20 por ciento del aparato burocrático nacional, según expertos y analistas familiarizados con el pulso actual de la isla. Sin embargo, no han trascendido indicios claros de reformas estructurales en el breve plazo. Tampoco abundan expectativas de que el contenido del mensaje central que ofrecerá el gobernante Raúl Castro en el marco de la sesión plenaria "señale'' pasos concretos para cumplir ese objetivo. En la isla hay alrededor de 4.9 millones de personas en empleos oficiales.
A pesar de que en Cuba casi nadie se atreve a hacer pronósticos, crece la expectativa sobre si se mantendrá vacío el sillón de Fidel Castro en el pleno del Parlamento, tal como ha sucedido desde julio de 2006.
El ex gobernante cubano ha sorprendido recientemente con varias reapariciones públicas desde comienzos de julio. El jueves se refirió a su salud en un encuentro con miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), trabajadores y representantes de las Fuerzas Armadas cubanas y afirmó haberse recuperado "totalmente'' de sus dolencias.
Héctor Palacios, líder de la agrupación opositora Unidad Liberal de la República de Cuba, comentó a El Nuevo Herald que la angustiante situación económica cubana podría estar detrás de las presentaciones públicas del líder cubano.
"Parece ser que las salidas de Fidel han sido hasta forzadas por estas mismas situaciones [económicas]. Tenemos una crisis terminal en el gobierno, porque ellos mismos no se pueden poner de acuerdo para resolver los problemas de la nación'', detalló Palacios. "La crisis está impactando de forma espectacular y es un presagio muy malo'', agregó.
El disidente Oswaldo Payá, coordinador del Movimiento Cristiano de Liberación, expresó que el distanciamiento entre el poder gubernamental y la población hace aún más complejo el escenario actual.
"El pueblo quiere cambio y cambio son derechos. El pueblo no espera nada de la Asamblea Nacional'', subrayó Payá. "Y si Fidel Castro reaparece, ¿qué mensaje quiere decirle al pueblo? 51 años sin libertad y todavía más''.
Esta información fue complementada con los servicios noticiosos de El Nuevo Herald.
"La situación está muy difícil. Cuba no tiene divisas y las soluciones que ha propuesto Raúl Castro son pequeñas medidas que no van a resolver el gran problema'', afirmó Jaime Suschlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS) de la Universidad de Miami.
La sesión revisará la liquidación del presupuesto del 2009, entre otros temas, así como dos proyectos de ley, uno sobre seguridad vial y otro para dividir en dos una de las provincias del país, con lo que pasará a tener 15.
Cuba encara una crisis asfixiante de liquidez de divisas duras que son necesarias para el pago de productos de primera mano y bienes de consumo desde el extranjero. El gobierno de Raúl Castro debe importar entre 60 y 80 por ciento de los alimentos de la canasta básica familiar para sus 11 millones de habitantes. La inversión representa un gasto anual de $1,400 millones.
El freno de la economía y la agudización de la carencia de rubros esenciales en el 2009 también golpearon la meta de crecimiento fijada por el régimen de 6 por ciento a menos de 1.4 por ciento para el cierre del año.
Además de la crisis internacional y el impacto de $10,000 millones en daños provocados por el paso de tres huracanes en la temporada del 2008, Cuba ha visto una disminución importante de sus ingresos y el cierre obligado de industrias.
La isla tocó fondo por la depresión del sector turístico, que se contrajo 10 por ciento, y trastabilló por la caída del flujo de remesas, mientras vió desplomarse el precio internacional del níquel, su principal exportación, en 50 por ciento.
Oscar Espinoza Chepe, economista y periodista independiente residente en la isla, declaró que la población espera cambios efectivos para "arreglar'' la economía. Sin embargo, señaló que no tiene muchas esperanzas sobre los resultados de la primera reunión ordinaria dominical.
"Creo que en el gobierno hay un sector reformista pero parece que ha habido un contrataque de los elementos reaccionarios. Es posible que este domingo no pase nada y no escuchemos ninguna noticia de cambio. Estoy escéptico'', anotó Espinoza.
El año pasado, el gobierno cubano debió congelar alrededor de $600 millones en cuentas bancarias de empresas extranjeras que hacen negocios en la isla para oxigenar sus números y buscar cierto equilibrio de efectivo. La estrategia se da a la sombra de su dependencia de subsidios provenientes de Venezuela, uno de sus más estrechos socios comerciales de bienes y servicios. En el rubro de hidrocarburos, Venezuela suministra a la isla unos 100,000 barriles de crudo diarios.
Los llamados a la austeridad y la eficiencia hechos por La Habana en meses recientes contrastan con los alcances de la ejecución presupuestaria en el primer semestre del 2010. Según medios oficiales cubanos, los indicadores arrojan un déficit por debajo de lo previsto de un poco más de $400 millones de dólares.
El cese del vínculo laboral de miles de empleados cubanos es otra de las grietas del aparato económico y social que amenazan con profundizar la gravedad de la situación interna cubana. Recientemente La Habana anunció que llevará a cabo una fórmula para aliviar la carga burocrática que afecta el impulso de sectores emblemáticos de la revolución, como la educación. Según el ministro de este portafolio, Miguel Díaz-Canel, menos del 50 por ciento de los trabajadores del sector educativo están vinculados directamente al quehacer docente. El gobierno cubano estima que hay un excedente de 117,000 trabajadores en esta plataforma.
En total, Cuba planea eliminar aproximadamente un millón de plazas en el Estado. La fórmula podría afectar hasta 20 por ciento del aparato burocrático nacional, según expertos y analistas familiarizados con el pulso actual de la isla. Sin embargo, no han trascendido indicios claros de reformas estructurales en el breve plazo. Tampoco abundan expectativas de que el contenido del mensaje central que ofrecerá el gobernante Raúl Castro en el marco de la sesión plenaria "señale'' pasos concretos para cumplir ese objetivo. En la isla hay alrededor de 4.9 millones de personas en empleos oficiales.
A pesar de que en Cuba casi nadie se atreve a hacer pronósticos, crece la expectativa sobre si se mantendrá vacío el sillón de Fidel Castro en el pleno del Parlamento, tal como ha sucedido desde julio de 2006.
El ex gobernante cubano ha sorprendido recientemente con varias reapariciones públicas desde comienzos de julio. El jueves se refirió a su salud en un encuentro con miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), trabajadores y representantes de las Fuerzas Armadas cubanas y afirmó haberse recuperado "totalmente'' de sus dolencias.
Héctor Palacios, líder de la agrupación opositora Unidad Liberal de la República de Cuba, comentó a El Nuevo Herald que la angustiante situación económica cubana podría estar detrás de las presentaciones públicas del líder cubano.
"Parece ser que las salidas de Fidel han sido hasta forzadas por estas mismas situaciones [económicas]. Tenemos una crisis terminal en el gobierno, porque ellos mismos no se pueden poner de acuerdo para resolver los problemas de la nación'', detalló Palacios. "La crisis está impactando de forma espectacular y es un presagio muy malo'', agregó.
El disidente Oswaldo Payá, coordinador del Movimiento Cristiano de Liberación, expresó que el distanciamiento entre el poder gubernamental y la población hace aún más complejo el escenario actual.
"El pueblo quiere cambio y cambio son derechos. El pueblo no espera nada de la Asamblea Nacional'', subrayó Payá. "Y si Fidel Castro reaparece, ¿qué mensaje quiere decirle al pueblo? 51 años sin libertad y todavía más''.
Esta información fue complementada con los servicios noticiosos de El Nuevo Herald.
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