¿Que comamos piedras? No, camarada. Por ahora, vamos a darle a estas tres naranjitas. Aunque sea para engañar el estómago y soportar el discurso del comandante-presidente que, por lo general, tarda entre cuatro y siete horas. Y sin derecho a ir al baño. Pero, tú sabes... la revolución bolivariana nos quiere prestos para el combate, a la hora y donde quiera que sea.
Cort. TalCualDigital
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