En los años 20 cuando la economía rusa entró en recesión, Lenin implantó el Nuevo Programa Económico (NPE), el cual les permitió a los campesinos usufructuar las tierras mientras se liberaran las pequeñas y medianas empresas de los controles del Estado Comunista.
Tras ello, se recuperó la actividad económica. Pero, con la muerte de Lenin, Rusia dio de nuevo un vuelco atrás. Llegó el férreo y sangriento comunismo de Joseph Stalin, el cual sumió a la Unión Soviética en la pobreza y cobró la vida de decenas de millones de ciudadanos.
En los años 90, se repitió la historia en Cuba. Al encontrarse sin el sostén económico de la URSS, Fidel implantó una especie de NPE. Abrió un poco la economía y permitió la participación de particulares en el campo y en el manejo de algunos servicios, tales como los "paradores" (restaurantes de 12 comenzales). Y la economía registró su mejor crecimiento en décadas.
Lamentablemente, con la llegada de Chávez al poder, el Gobierno de Venezuela sustituyó el mecenazgo que daba la URSS a Cuba. Fidel retornó al cierre de la economía y al retroceso comunista.
Ahora, más de 10 años después, el nuevo comandante de la revolución cubana, Raúl Castro, está abriendo parcialmente la economía, y le está permitiendo a los campesinos usufructuar la tierra, y a particulares participar en algunos servicios. Todo parece apuntar a que, en la Cuba de Raúl, se podrá ver una economía más abierta.
Este apuntalamiento de Raúl hacia una economía más libre, se debería a la certeza que tendría éste de que también la bonanza venezolana está llegando a su fin y, por ende, el apoyo económico incondicional de Chávez a la revolución castrista.
Llama la atención que esta apertura del mercado de Cuba, se dé precisamente en momentos cuando Chávez está atornillando el comunismo en Venezuela. La semana pasada, el Presidente puso su "ejecútese" a una retahíla de nuevas leyes socialistas, entre ellas: La Ley de Reforma Parcial de Tierras y Desarrollo Agrario, que elimina el derecho de propiedad en el campo; La Ley de la Actividad Aseguradora, que recarga al sector con funciones sociales propias del Estado; y la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, que entre otras cosas, otorga a la Sala Constitucional facultades plenas para revertir sentencias emitidas por cualquiera de las otras cinco Salas del TSJ; una especie de Tribunal Supremo dentro del Tribunal Supremo, que termina de eliminar los restos del Estado de Derecho, donde no habrá sentencia firme que valga.
La esperanza que se alberga es que con la influencia de su amigo Raúl, Chávez también considere abrir la economía, aunque sea un poquito.
Tras ello, se recuperó la actividad económica. Pero, con la muerte de Lenin, Rusia dio de nuevo un vuelco atrás. Llegó el férreo y sangriento comunismo de Joseph Stalin, el cual sumió a la Unión Soviética en la pobreza y cobró la vida de decenas de millones de ciudadanos.
En los años 90, se repitió la historia en Cuba. Al encontrarse sin el sostén económico de la URSS, Fidel implantó una especie de NPE. Abrió un poco la economía y permitió la participación de particulares en el campo y en el manejo de algunos servicios, tales como los "paradores" (restaurantes de 12 comenzales). Y la economía registró su mejor crecimiento en décadas.
Lamentablemente, con la llegada de Chávez al poder, el Gobierno de Venezuela sustituyó el mecenazgo que daba la URSS a Cuba. Fidel retornó al cierre de la economía y al retroceso comunista.
Ahora, más de 10 años después, el nuevo comandante de la revolución cubana, Raúl Castro, está abriendo parcialmente la economía, y le está permitiendo a los campesinos usufructuar la tierra, y a particulares participar en algunos servicios. Todo parece apuntar a que, en la Cuba de Raúl, se podrá ver una economía más abierta.
Este apuntalamiento de Raúl hacia una economía más libre, se debería a la certeza que tendría éste de que también la bonanza venezolana está llegando a su fin y, por ende, el apoyo económico incondicional de Chávez a la revolución castrista.
Llama la atención que esta apertura del mercado de Cuba, se dé precisamente en momentos cuando Chávez está atornillando el comunismo en Venezuela. La semana pasada, el Presidente puso su "ejecútese" a una retahíla de nuevas leyes socialistas, entre ellas: La Ley de Reforma Parcial de Tierras y Desarrollo Agrario, que elimina el derecho de propiedad en el campo; La Ley de la Actividad Aseguradora, que recarga al sector con funciones sociales propias del Estado; y la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, que entre otras cosas, otorga a la Sala Constitucional facultades plenas para revertir sentencias emitidas por cualquiera de las otras cinco Salas del TSJ; una especie de Tribunal Supremo dentro del Tribunal Supremo, que termina de eliminar los restos del Estado de Derecho, donde no habrá sentencia firme que valga.
La esperanza que se alberga es que con la influencia de su amigo Raúl, Chávez también considere abrir la economía, aunque sea un poquito.
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