Hay quienes temen porque el país está al borde de un precipicio. En once años de gobierno revolucionario las cifras de inseguridad e inflación no hacen más que aumentar. Las invasiones de fincas ahuyentan a los productores y los cierres de empresas evitan que ingresen nuevos capitales. Se trata de una inquietud compartida entre oficialistas y opositores. El asunto entonces es cómo salir del embrollo. Algunos se aferran a la imagen celestial en espera de bendiciones. Otros se refuerzan con denuncias, propuestas y se organizan. En todo caso, ambos sectores se asoman al futuro y avizoran tiempos mejores.
Cort. TalCualDigital
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