Este tipo de liderazgo es como el jabón: se derrite. Cuando la gente siente que el hacedor de milagros deja de hacerlos, su liderazgo comienza a desvanecerse. Es lo que le está pasando a Hugo Chávez. Él mismo ya lo reconoce
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
Alguna gente me pregunta cómo es eso del "liderazgo carismático" y cómo es que ese tipo de liderazgo suele ser tan resistente a los errores, la incompetencia y la corrupción de quienes lo encarnan.
El liderazgo carismático es un tipo de relación que se establece entre el líder y la masa, mucho más afectiva y emocional que propiamente política. Por eso tarda tanto en derretirse, porque atañe a efectos, emociones y pasiones.
Los procesos de desenamoramiento suelen durar mucho y siempre existen coartadas para tratar de mantener vivo un amor que a todas luces se está desvaneciendo. Por ejemplo, Maradona es un líder carismático.
Todo el mundo en Argentina sabe que Diego Armando es un crápula. Mal padre, mal hijo, mal esposo, cocainómano, charlatán y boca floja, y, sin embargo... lo aman.
Otro ejemplo. Michael Jackson. Todos los chamos y chamas del mundo saben que el infortunado Jackson era un pedófilo y un consumidor habitual de drogas, pero...lo amaban. Ese es el liderazgo carismático. No se explica por vía racional. No tiene que ver con la zona frontal del cerebro, donde está localizada la razón, sino con la zona límbica, desde donde se gobiernan las pasiones y las emociones.
El liderazgo carismático no es propiamente un don que posee el líder (aunque alguno tiene, sin duda; Maradona era un futbolista de excepción; Jackson un músico sin par, por eso son personalidades atractivas), sino la percepción que tiene la gente de que ese tipo, por una razón u otra, puede hacer milagros. Por ejemplo, sacar del hoyo a un país.
Lo que ocurre con el liderazgo carismático es que es como el jabón: se derrite. Cuando la gente siente que el hacedor de milagros deja de hacerlos, su liderazgo comienza a desvanecerse. Es lo que le está pasando a Hugo Chávez. Él mismo ya lo reconoce.
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
Alguna gente me pregunta cómo es eso del "liderazgo carismático" y cómo es que ese tipo de liderazgo suele ser tan resistente a los errores, la incompetencia y la corrupción de quienes lo encarnan.
El liderazgo carismático es un tipo de relación que se establece entre el líder y la masa, mucho más afectiva y emocional que propiamente política. Por eso tarda tanto en derretirse, porque atañe a efectos, emociones y pasiones.
Los procesos de desenamoramiento suelen durar mucho y siempre existen coartadas para tratar de mantener vivo un amor que a todas luces se está desvaneciendo. Por ejemplo, Maradona es un líder carismático.
Todo el mundo en Argentina sabe que Diego Armando es un crápula. Mal padre, mal hijo, mal esposo, cocainómano, charlatán y boca floja, y, sin embargo... lo aman.
Otro ejemplo. Michael Jackson. Todos los chamos y chamas del mundo saben que el infortunado Jackson era un pedófilo y un consumidor habitual de drogas, pero...lo amaban. Ese es el liderazgo carismático. No se explica por vía racional. No tiene que ver con la zona frontal del cerebro, donde está localizada la razón, sino con la zona límbica, desde donde se gobiernan las pasiones y las emociones.
El liderazgo carismático no es propiamente un don que posee el líder (aunque alguno tiene, sin duda; Maradona era un futbolista de excepción; Jackson un músico sin par, por eso son personalidades atractivas), sino la percepción que tiene la gente de que ese tipo, por una razón u otra, puede hacer milagros. Por ejemplo, sacar del hoyo a un país.
Lo que ocurre con el liderazgo carismático es que es como el jabón: se derrite. Cuando la gente siente que el hacedor de milagros deja de hacerlos, su liderazgo comienza a desvanecerse. Es lo que le está pasando a Hugo Chávez. Él mismo ya lo reconoce.
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