Este lunes salió publicada en Gaceta Oficial el decreto de la expropiación de Agroisleña, tal como había ordenado en cadena nacional el primer mandatario el domingo pasado, cuando le dijo "Agroisleña está expropiada, ven a mí que tengo flor". Frase esta con la que viene sellando todas sus estocadas revolucionarias.Con esta lapidaria frase se le pone fin a una empresa agroindustrial con una trayectoria de más de 52 años en el país, durante los cuales se convirtió en la empresa de insumos para el sector agrario más importante de Venezuela.Está expropiación de Agroisleña traerá consigo una de las mayores secuelas que haya arrastrado ninguna otra de las cientos que ha llevado a cabo este Gobierno confiscador.Agroisleña es una empresa de capital español que domina 90% del mercado agrícola de Venezuela y que abarca una amplia gama de actividades agrícolas, entre las que se cuentan: El suministro de 70% de los agroquímicos para el sector. El surtido de semillas, en especial para el cultivo de 80% de las hortalizas en la zona de los Andes, Lara y Guárico. Surte con maquinarias y equipos al sector, le brinda asesoría técnica al agricultor y presta servicio de almacenaje en los ochos silos de su propiedad. Adicionalmente, financia 90% de los insumos que suministra.Igual de importante es que Agroisleña ha servido de fiador directo a unos 18.000 productores nacionales dedicados a producir una gran diversidad de rubros fundamentales en la seguridad alimentaria de Venezuela. Sólo en el presente ciclo apoyó la siembra de 235.000 hectáreas de cereales y oleaginosas. En la actualidad está llevando a cabo un programa especial con unos 3.000 productores agrícolas a quienes ha avalado para cosechar 800.000 toneladas de diferentes rubros, como maíz, arroz y sorgo.Cabe recordar que la banca venezolana ha sido obligada por el Gobierno actual a otorgar 21% de su cartera crediticia a la agroindustria. Agroisleña ha facilitado el otorgamiento de estos créditos y ha sido un aliado de los pequeños productores al servirles de fiador, con lo cual les permitió el acceso a un crédito que de otra manera hubiera sido más difícil.Ahora, ¿cómo quedan estos créditos? ¿quién los avalará? ¿será un nuevo golpe a la banca?Otra triste realidad es que con la expropiación de Agroisleña buena parte de estos productores quedarán en el aire. ¿Quién les servirá como fiador para futuros préstamos? ¿Un Gobierno que está comprobadamente en mora? Aparte de los efectos perversos que traerá para estos productores, están las secuelas que tendrá en la ya disminuida capacidad productiva del país. Es de pensar que en adelante habrá mayor desabastecimiento, mayor desempleo y mayor dependencia de las importaciones. El Gobierno de nuevo, exacerbado por su derrota electoral y en aras del control total del sector productivo, redobla su espiral destructiva para seguir abultando el cementerio de empresas, con industrias que otrora estaban en plena producción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario