Un chino de 27 años fue encadenado en 2005 a un establo en una detención ilegal en la provincia meridional de Hugan, después de que no pudiera devolver el crédito concedido por las autoridades municipales.
Ahora los estupefactos cirujanos intentan salvar las manos del hombre. Y no sólo es una cuestión de cirugía: Chuanqiu primero tiene que conseguir el dinero para financiarse la operación, el equivalente a 1.000 euros, que le exige el hospital. El herido podría verse obligado a solicitar otro crédito, con las conocidas consecuencias en caso de impago.
Según cuenta a Austrian Times el liberado hombre, “me duelen muchísimo. Siempre tenía los brazos inflamados y repletos de pus pero como no tengo dinero debo confiar en la caridad y en el buen corazón de los doctores para que salven mis manos”. Durante su detención ilegal “la única persona que no me abandonó fue mi madre, que esperó hasta que pudo rescatarme”.
Cort. Diario 2001
Ahora los estupefactos cirujanos intentan salvar las manos del hombre. Y no sólo es una cuestión de cirugía: Chuanqiu primero tiene que conseguir el dinero para financiarse la operación, el equivalente a 1.000 euros, que le exige el hospital. El herido podría verse obligado a solicitar otro crédito, con las conocidas consecuencias en caso de impago.
Según cuenta a Austrian Times el liberado hombre, “me duelen muchísimo. Siempre tenía los brazos inflamados y repletos de pus pero como no tengo dinero debo confiar en la caridad y en el buen corazón de los doctores para que salven mis manos”. Durante su detención ilegal “la única persona que no me abandonó fue mi madre, que esperó hasta que pudo rescatarme”.
Cort. Diario 2001
No hay comentarios:
Publicar un comentario