BUENOS AIRES (AFP) - Una niña de 3 años fue rescatada sana y salva la medianoche del martes del pozo de agua de casi 30 metros de profundidad y 35 centrímetros de diámetro donde se había caído por accidente en una vivienda rural en Argentina, en un operativo televisado en directo.
Unos 200 rescatistas, entre bomberos y policías, estallaron en una gritería de felicidad en el momento en que lograron enganchar a la pequeña Vanessa Mamani en un arnés arrojado por la tubería de cemento y arrastrarla hasta la superficie, tras permanecer siete horas y media sepultada en el fondo.
"¡Dale, dale (...), lo logramos, lo logramos!", fue el alarido del jefe de los rescatistas en el momento en que la chiquilla apareció en la boca del pozo, a donde había caído a las 16H30 (19H30 GMT), traída a través del angosto tubo en el que no cabía un adulto para ir a buscarla.
El hecho se produjo en la localidad de Pilares, en un área descampada, con aisladas casas de explotaciones agrícolas, en el partido de Florencio Varela, a unos 25 Km al sur de Buenos Aires, en medio de una noche cerrada y la única iluminación de los reflectores de los bomberos.
Una sonda con una cámara de video de fibra óptica permitió seguir el desarrollo del rescate, con imágenes en blanco y negro similares a las de una ficción cinematográfica que simule la filmación casera.
La TV permitía ver los movimientos del pequeño cuerpo de la niña, cuya madre la alentaba mediante un sistema de comunicación por micrófonos, en el infierno de ese socavón cilíndrico en el que estaba atrapada.
Vansesa Mamani movía una de sus manos y se la vio de pronto aferrarse al tubo de plástico que llevaba en el extremo el arnés que la pudo sujetar, aferrándola del tórax lo suficiente como para alzarla.
El rescate, visto por el sistema de video, asemejaba a una intervención quirúrgica en la que se podía ver a la sonda mostrando los interiores del pozo y el cabello castaño oscuro de la niña hasta que al final pudieron verse sus ojos y la parte superior del rostro.
"El lugar es muy angosto. Y en el fondo se disminuye el diámetro. Vemos que mueve su manito y su cuerpo. La madre le habla a la niña para que pueda colocarse el arnés", había declarado el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien estuvo en la boca del pozo hasta el rescate.
Marcelo Tucci, jefe de Bomberos Voluntarios de Florencio Varela, afirmaba que hasta el salvamento era imposible saber si la niña, por su edad, estaba en condiciones de entender y colaborar.
El caño encamisado de cemento que se utiliza para la extracción del agua estaba tapado por arbustos y yuyos que le impidieron a la niña verlo cuando caminaba por el lugar alrededor de las 16h30 locales (19h30 GMT).
Las imágenes hipnotizaron y angustiaron a la teleaudiencia en Argentina hasta que se vivió el júbilo del salvamento.
"El pozo tiene un diámetro de 35 centímetros y casi 30 metros de profundidad", precisó el ministro de seguridad provincial, Ricardo Casas.
Unos 200 rescatistas, entre bomberos y policías, estallaron en una gritería de felicidad en el momento en que lograron enganchar a la pequeña Vanessa Mamani en un arnés arrojado por la tubería de cemento y arrastrarla hasta la superficie, tras permanecer siete horas y media sepultada en el fondo.
"¡Dale, dale (...), lo logramos, lo logramos!", fue el alarido del jefe de los rescatistas en el momento en que la chiquilla apareció en la boca del pozo, a donde había caído a las 16H30 (19H30 GMT), traída a través del angosto tubo en el que no cabía un adulto para ir a buscarla.
El hecho se produjo en la localidad de Pilares, en un área descampada, con aisladas casas de explotaciones agrícolas, en el partido de Florencio Varela, a unos 25 Km al sur de Buenos Aires, en medio de una noche cerrada y la única iluminación de los reflectores de los bomberos.
Una sonda con una cámara de video de fibra óptica permitió seguir el desarrollo del rescate, con imágenes en blanco y negro similares a las de una ficción cinematográfica que simule la filmación casera.
La TV permitía ver los movimientos del pequeño cuerpo de la niña, cuya madre la alentaba mediante un sistema de comunicación por micrófonos, en el infierno de ese socavón cilíndrico en el que estaba atrapada.
Vansesa Mamani movía una de sus manos y se la vio de pronto aferrarse al tubo de plástico que llevaba en el extremo el arnés que la pudo sujetar, aferrándola del tórax lo suficiente como para alzarla.
El rescate, visto por el sistema de video, asemejaba a una intervención quirúrgica en la que se podía ver a la sonda mostrando los interiores del pozo y el cabello castaño oscuro de la niña hasta que al final pudieron verse sus ojos y la parte superior del rostro.
"El lugar es muy angosto. Y en el fondo se disminuye el diámetro. Vemos que mueve su manito y su cuerpo. La madre le habla a la niña para que pueda colocarse el arnés", había declarado el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien estuvo en la boca del pozo hasta el rescate.
Marcelo Tucci, jefe de Bomberos Voluntarios de Florencio Varela, afirmaba que hasta el salvamento era imposible saber si la niña, por su edad, estaba en condiciones de entender y colaborar.
El caño encamisado de cemento que se utiliza para la extracción del agua estaba tapado por arbustos y yuyos que le impidieron a la niña verlo cuando caminaba por el lugar alrededor de las 16h30 locales (19h30 GMT).
Las imágenes hipnotizaron y angustiaron a la teleaudiencia en Argentina hasta que se vivió el júbilo del salvamento.
"El pozo tiene un diámetro de 35 centímetros y casi 30 metros de profundidad", precisó el ministro de seguridad provincial, Ricardo Casas.
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