Después que Germán Saltrón dijo lo mismo de siempre sobre el "imperialismo", el representante brasileño puso en su sitio a Saltrón y al gobierno de Chávez, diciéndole hasta cuando iban a seguir repitiendo la misma música
Simón Boccanegra/TalCualDigital
Antier finalmente un latinoamericano perdió la paciencia ante las repetitivas monsergas de los representantes del gobierno en cualquier organismo o reunión internacional.
El representante brasileño ante la Comisión de Derechos Humanos, después que el venezolano Saltrón dijo lo mismo de siempre ("el imperialismo", "la conspiración internacional" y todo el aliño acostumbrado), tomó el micrófono y sentó sobre sus posaderas no sólo al pobre Germán Saltrón (que en fin de cuentas dice lo que le escriben en el guión, sin poner ni un acento de su propia cosecha, porque pendejo no es y el cargo depende de la obediencia más perruna) sino a todo el régimen criollo.
"¡Hasta cuándo van a seguir con esa misma música de la conspiración internacional!" "¡Hasta cuándo van a seguir acusando a esta misma comisión de estar al servicio del imperialismo yanqui!" y por ahí se fue, cada vez más irónico, penetrante e incluso furioso, contra la eterna cantinela chavista contra "el imperialismo" y su "lacaya" Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Ya era hora de que alguien pusiera en su sitio a este régimen de charlatanes y la intervención del brasileño resultó hasta divertida, por el poco de verdades que soltó.
Es interesante lo que dijo sobre tres países que tienen, entre los tres, más de 400 denuncias ante la Comisión y ninguno de ellas comete la ridiculez de acusar a ésta de ser cómplice o instrumento del "imperialismo". Porque, en fin de fines, lo que demostró el brasileño es el infinito ridículo que caracteriza buena parte de las posiciones internacionales del gobierno de Chacumbele.
Ojalá que esto marque el necesario precedente para ver cuál va a ser el comportamiento de la OEA ante el desacato del Gobierno venezolano a la decisión de la Corte Interamericana sobre Leopoldo López.
Simón Boccanegra/TalCualDigital
Antier finalmente un latinoamericano perdió la paciencia ante las repetitivas monsergas de los representantes del gobierno en cualquier organismo o reunión internacional.
El representante brasileño ante la Comisión de Derechos Humanos, después que el venezolano Saltrón dijo lo mismo de siempre ("el imperialismo", "la conspiración internacional" y todo el aliño acostumbrado), tomó el micrófono y sentó sobre sus posaderas no sólo al pobre Germán Saltrón (que en fin de cuentas dice lo que le escriben en el guión, sin poner ni un acento de su propia cosecha, porque pendejo no es y el cargo depende de la obediencia más perruna) sino a todo el régimen criollo.
"¡Hasta cuándo van a seguir con esa misma música de la conspiración internacional!" "¡Hasta cuándo van a seguir acusando a esta misma comisión de estar al servicio del imperialismo yanqui!" y por ahí se fue, cada vez más irónico, penetrante e incluso furioso, contra la eterna cantinela chavista contra "el imperialismo" y su "lacaya" Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Ya era hora de que alguien pusiera en su sitio a este régimen de charlatanes y la intervención del brasileño resultó hasta divertida, por el poco de verdades que soltó.
Es interesante lo que dijo sobre tres países que tienen, entre los tres, más de 400 denuncias ante la Comisión y ninguno de ellas comete la ridiculez de acusar a ésta de ser cómplice o instrumento del "imperialismo". Porque, en fin de fines, lo que demostró el brasileño es el infinito ridículo que caracteriza buena parte de las posiciones internacionales del gobierno de Chacumbele.
Ojalá que esto marque el necesario precedente para ver cuál va a ser el comportamiento de la OEA ante el desacato del Gobierno venezolano a la decisión de la Corte Interamericana sobre Leopoldo López.
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