MEXICO DF (Reuters) - El principal partido opositor de México, el PRI, ganó por un estrecho margen las elecciones en el estado de Michoacán, arrebatándole a la izquierda uno de sus principales bastiones y logrando un fuerte respaldo para recuperar el poder en las presidenciales del 2012.
El triunfo de Fausto Vallejo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), también es un duro revés para las aspiraciones políticas del Partido Acción Nacional (PAN), al que pertenece el presidente Felipe Calderón y que postuló a la hermana del mandatario, Luisa María.
Cuando ya se habían contabilizado todos los centros de votación, Vallejo, quien fue varias veces alcalde de la capital estatal, Morelia, obtuvo un 35.4 por ciento de los sufragios, seguido de Calderón con un 32.7 por ciento.
En tercer lugar se ubicó Silvano Aureoles, candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que gobierna el estado, con un 28.9 por ciento, según datos del instituto electoral local.
La elección de Michoacán, un estado castigado por la violencia del narcotráfico, fue la última votación estatal antes de las presidenciales en las que, según encuestas, el PRI podría recuperar el poder que perdió en el 2000 tras haber gobernado el país por más de siete décadas consecutivas.
Con este triunfo, el PRI, impulsado por el llamado "efecto Peña" -como algunos llaman a la influencia de la popularidad del candidato presidencial más seguro, Enrique Peña Nieto- gobernará en 20 de los 32 estados de México y recuperará Michoacán, que había perdido en 2002 a manos de la izquierda.
Peña Nieto, ex gobernador del populoso Estado de México, dijo el lunes durante una gira por Washington que el triunfo de Vallejo anima al PRI rumbo a la presidencia.
"Este triunfo en Michoacán viene a consolidar, o viene a arropar y a apoyar esta condición que hoy el PRI tiene en todo el país un partido que está teniendo respaldo ciudadano", agregó el político, quien figura en las encuestas como favorito para ganar las presidenciales, citado por el diario Reforma.
VOTACION ENTRE AMENAZAS
El partido de los Calderón, que nacieron en Michoacán, aspiraba a gobernar por primera vez el estado, donde el mandatario lanzó a poco de asumir, a finales del 2006, los primeros operativos frontales con militares contra los cárteles del narcotráfico.
El PAN está desgastado por una espiral de violencia que no ha cesado desde entonces, además de la falta de empleos, y una victoria en Michoacán le hubiera permitido afrontar con mejor base las presidenciales.
La elección se realizó bajo la presión de amenazas en algunas alcaldías, donde a través de llamadas telefónicas o volantes que se repartieron en calles advertían a las personas que no salieran a votar o de lo contrario serían lastimados, dijeron funcionarios del PAN citados por Reforma.
Los comicios registraron un 46 por ciento de ausentismo, según el instituto electoral estatal.
También se divulgaron rumores de balaceras y presencia de hombres armados en varias localidades. Luisa Calderón dijo que "la inseguridad decidió la elección en algunas regiones del estado".
"Durante toda la quincena última estuvo habiendo acoso contra ciudadanos y candidatos sobre qué línea tenía la gente que ir a votar, fueron en la zona donde atípicamente Fausto Vallejo subió la votación", agregó en declaraciones a una radio.
"A mí me daría mucha pena por Michoacán que quien gobernara fuera un hombre utilizado por el crimen organizado", expresó.
Días antes de la votación fue asesinado a tiros y en plena vía pública el alcalde michoacano de La Piedad, cercano a los hermanos Calderón.
La estrategia del Gobierno federal contra los cárteles ha sido duramente cuestionada debido a la muerte de más de 45,000 personas, entre ellas civiles inocentes, incluyendo niños.
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