La periodista Egilda Gómez, quien es también esposa de Vladimir Villegas, denunció que la despidieron de Pdvsa por las opiniones de su esposo en contra del Gobierno
MAHYLENI SERPA PÉREZ/FOTO: SAÚL UZCÁTEGUI/NDO/TalCualDigital
La periodista Egilda Gómez, quien es también esposa de Vladimir Villegas, trabajó hasta la semana pasada en el área de Asuntos Públicos de Petróleos de Venezuela, y se desempeñaba como Analista Mayor de Fotografía. Actualmente se considera como despedida pues le desactivaron su carnet y, por tanto, el acceso a las instalaciones, aún sin haber recibido alguna notificación formal que ratifique su destitución.
Denuncia que está situación se originó por las opiniones de su esposo contra el Gobierno, "como ha sucedido en otras oportunidades con otros funcionarios públicos". Expresó que estas posiciones provocaron "la modalidad de acoso laboral" de la cual ha sido víctima junto con otros empleados que han preferido mantener el anonimato por temor a perder sus empleos.
La comunicadora social comentó la falta de "seriedad" de esta empresa recordando que "el 24 de febrero me llaman para convencerme de que renunciara o ellos me despedirían.
Yo les respondí que procedieran porque para mí no existía ningún motivo para hacerlo". Luego, Gómez sufrió descalificaciones de su trabajo, asignándole actividades que estaban muy por debajo de su perfil laboral. Además, relata que un día entró a la empresa con su carnet pero al salir le fue desactivado para impedirle un nuevo ingreso.
"Me presenté con José Bodas, secretario general de la Federación de Trabajadores Petroleros, para tratar de solventar la situación pero no funcionó, no fuimos recibidos por nadie", cuenta. Cuando Gómez solicitó explicaciones la recepcionista le informó que en el sistema aparecía que su relación laboral con la empresa había terminado y que no la podían atender.
La periodista se muestra indignada por la manera en que fue sacada de Pdvsa, sin que ningún gerente le diera la cara. "Anteriormente me habían asignado en comisión de servicio a la Electricidad de Caracas. Cuando terminé mi trabajo en febrero del año pasado regresé a La Campiña y tardaron dos meses en decirme cuál sería mi nueva asignación. Me mandaron para Invetep en Los Teques, aún cuando mi contrato decía que yo debía trabajar en Caracas".
Según la Ley del Trabajo, un despido debe ser notificado de manera escrita. Una suspensión no notificada no puede tomarse como tal sino se formaliza como lo dicta el protocolo. Gómez denunció el caso ante la Inspectoría del Trabajo, de la cual espera decisiones en los próximos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario