ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
Caracas -- Desafiando primero la lluvia y luego un inclemente sol, cientos de miles de venezolanos inundaron el domingo algunas de las principales avenidas de Caracas para acompañar al candidato de la oposición Henrique Capriles en una marcha de 10 kilómetros para inscribir su candidatura presidencial, en un tsunami de solidaridad que superó todas las expectativas.Capriles, quien fue seleccionado como candidato único de la oposición en unas primarias realizadas en febrero, oficializó formalmente su candidatura para enfrentar al presidente Hugo Chávez en las elecciones de octubre. En un breve discurso ante un mar de seguidores, el joven aspirante habló de la reconciliación y la inclusión de todos los venezolanos.
“Yo no aspiro ser el presidente de un grupo. No aspiro ser el presidente de un sector. Yo quiero ser el presidente de todos los venezolanos”, expresó el candidato en la Plaza Caracas al término de su marcha de 10 kilómetros, realizada a paso rápido.
“No soy enemigo de nadie. Soy enemigo de los problemas. Este es un país tiene un gobierno que nos ha dividido. Y yo les quiero decir a todos los que nos están viendo: Capriles va a unir a Venezuela, Capriles va a unir a los venezolanos”, enfatizó.
Según estimaciones de la oposición, más de un millón de personas se presentaron en la marcha hasta la sede del Consejo Nacional Electoral, en un ambiente festivo en el que venezolanos de distintos puntos del país y pertenecientes a distintas clases sociales se unieron para expresar en unísono su deseo de un cambio.
Portando banderas y pancartas, bailando y cantando durante gran parte del trayecto, los manifestantes conversaron sobre la importancia de acudir a la cita, algunos de ellos completamente mojados en la mañana con una insistente lluvia que amenazaba con aguar la fiesta.
“No importa que me moje, hoy vine por el cambio”, expresó Lucrecia Yañez, una mujer que no llegaba a los 40 años de edad, quien había aguantado la lluvia mientras esperaba que comenzara la marcha “Hoy llegó hasta el final de la caminata con Capriles”.
La mayoría de los presentes vestían ropa ligera y zapatos deportivos, preparados para caminar el largo trecho. Jesús Salazar, un hombre ya mayor, era uno de ellos. “Quiero un cambio para el país”, enfatizó. Tengo un nieto y no quiero esto para él. Quiero que el país progrese”, comentó.
Como Salazar, fueron muchos los que hablaron sobre el estancamiento del país, el desempleo y la falta de oportunidades. Del masivo derroche de recursos y de los millonarios regalos que Chávez brinda a Cuba y a otros países, mientras el país carece de alimentos y medicinas.
Pero otros hablaron sobre la necesidad de cambiar el gobierno que encabeza Chávez porque lo encuentran opresivo.
“Estoy aquí porque quiero morir en libertad”, dijo Haraldo Orellana, quien lucía tener más de 80 años y que caminaba con menos rapidez que los demás, pero quien dijo estar dispuesto a acompañar a Capriles por largo rato. A su espalda llevaba un cartel que decía: “Esto se decidirá con un gran batazo, lo vamos a sacar de jonrón. Hay un camino”.
La marcha fue realizada en momentos en que las encuestas no parecen ponerse de acuerdo sobre las probabilidades de Capriles de derrotar a Chávez en las elecciones presidenciales de octubre, con algunas de ellas diciendo que el gobernante lo supera por más de 20 puntos y otras señalando que ambos aspirantes están virtualmente empatados.
El elevado número de manifestantes que salieron a las calles fue visto como una buena señal.
“La calle es una encuesta importantísima en estos tiempos”, dijo el analista político de la oposición Laureano Márquez. “Hoy es un día trascendente. Hoy empieza el cambio de Venezuela”.
Chávez tiene previsto realizar su propio evento el lunes y comparecer ante el CNE. Al anunciar el evento, el portavoz oficialista reiteró no tener dudas que un “mar” de personas irían a acompañar el mandatario y los analistas estarán pendientes para ver cuántos.
Pero desde ya comienza a haber quejas provenientes de las filas de la oposición señalando que existe una gran diferencia entre las personas que estarán presentes en el evento del oficialismo y la que marcharon el domingo con Capriles.
“Tenemos alrededor de 55 denuncias de trabajadores de alcaldías, ministerios y entes dependientes del gobierno; en las que nos explican que pretenden obligarlos a asistir a la concentración del candidato del PSUV [el del gobierno]”, aseguró Manuel Rojas, representante de la organización que aglutina a los principales partidos de la oposición, la Mesa de la Unidad Democrática.
“El miedo que les produce su inminente derrota electoral no es excusa para que atropellen a los empleados de todos los venezolanos”, dijo.
Los analistas también estarán pendientes de los gestos y del porte del mandatario en medio del secretismo entorno al cáncer que padece. Chávez dijo el sábado que todo salió absolutamente bien en los exámenes médicos que se hizo recientemente tras las rondas de quimioterapia y de radioterapia a las que se sometió en Cuba.
Pero el jefe de Estado no dio más detalles, en medio de las insistentes advertencias de que el gobierno venezolano oculta la verdad y que la situación médica del mandatario es mucho más grave de la que deja entrever.
Capriles, por su parte, tomo oportunidad el domingo para reforzar que él y su planteamiento de gobierno representan el futuro de Venezuela, un futuro donde no habrá cabida para las divisiones fomentadas por el discurso polarizador del gobierno.
“El otro candidato les plantea una Venezuela dividida, Capriles les plantea a una Venezuela unida [...] Pasamos años de pelea, y de conflicto. Pasamos años de pelear entre nosotros. Hoy queda un solo sector que quiere que sigamos peleando. [Pero] Aquí lo digo ante el Libertador, delante de nuestro pueblo. Vamos a unir a Venezuela, cueste lo que cueste”, dijo el opositor.
“Este no es el proyecto de este servidor, este es el proyecto de los que sueñan una Venezuela sin violencia. Este es el proyecto de los que sueñan con el futuro y con los que sueñan con una Venezuela en la que podamos vivir todos en paz”, enfatizo.
El Nuevo Herald
No hay comentarios:
Publicar un comentario