Sepúlveda expresó que es un "sobreviviente de la tierra", por todas las condiciones que vivió durante si infancia, cuando era campesino, y tuvo que irse de su casa. "Salí a la calle a buscar vida (...), la calle fue mi madre, mi papá fue la cama debajo de los puentes", explicó.
"Somos muchos hermanos, nuestros padres no tenían la situación económica ni para educarnos ni para preocuparse por nuestra salud", agregó.
Dijo que jamás "buscó los malos caminos", y que no aceptó el licor, la droga o la prostitución, a pesar de las adversidades.
Sobre el rescate del accidente en la mina de San José, indicó: "Creo que fuimos un milagro, estoy convencido de ello, el milagro comenzó cuando nosotros caímos en desgracia, y se empezó a traspasar de nación en nación, y lo bonito que se sentía alrededor del mundo, es este amor espiritual".
Dijo que teme más a Dios hoy en día, y trata de trabajar su ego. "Humilde, sencillo, bajo todas las circunstancias, muy rara vez uso ropa elegante", se describió.
"Somos 33 niños que nos juntamos ahora cada 3 meses", bromeó acerca de los mineros que lo acompañaron en el accidente.
El derrumbe
El 5 de agosto de 2010, 33 mineros quedaron atrapados a 720 kilómetros de profundidad durante 70 días. El yacimiento, localizado a 30 kilómetros de la ciudad de Copiapó, era explotado por la compañía San Esteban Primera S.A.
Las labores de rescate comenzaron al día siguiente, y movilizaron a gran parte de la sociedad chilena, reclamando incluso la atención del presidente de ese país, Sebastián Piñera. Ciudadanos del mundo entero pusieron sus ojos en el proceso de rescate, que se convirtió en uno de los eventos más importantes del año 2010.
Fue el 13 de octubre cuando, con la utilización de tecnología, se logró extraer al primer minero. Mario Sepúlveda fue el segundo en salir.
Uno de los 33 mineros chilenos: "Fuimos un... por Globovision
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