Días, horas y casi meses fue lo que duró la ceremonia del expresidente Hugo Chávez, lo que sirvió de manera irónica como comprobante de la pasión por el capitalismo. Gracias a las ventas de imágenes, cuadros, muñecos y peluches con la imagen del mandatario
La interminable ceremonia fúnebre, en honor a Hugo Chávez, sirvió también para comprobar que el capitalismo no es tan malo como lo pintan, si se admite como cierto el dato curioso de que toda la venta de imágenes del finado líder, en las inmediaciones del Paseo de Los Próceres, habría estado organizada por una instancia del PSUV, por lo que no era permitida la presencia de buhoneros improvisados.
Para quienes hicieron su cola de despedida al Presidente, no fue difícil notar cómo los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana echaban del sitio a los vendedores "no autorizados", en tanto que aquellos que mostraban una especie de hoja sellada por la alcaldía del jefe de campaña Rodríguez gozaban del derecho a mercadear gorras, fotos, lacito tricolor, brazaletes y bandanas alusivos a Chávez. De ahí no es extraño pensar, como señalan por las redes, que algún porcentaje del negocio (si no, todo) va para la campaña. Por eso es que salen a decir que no tienen problemas con los fondos. Eso, y la caja chica de Pdvsa, claro.
Fuente: TalCualDigital
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