Por: VenEconomía
En sus 14 años de mandato el difunto Hugo Chávez fue en extremo eficiente y eficaz en instaurar el socialismo del siglo XXI. Lamentablemente, en lo que pareciera no fue tan eficiente ni eficaz fue en resolver los problemas reales de quienes le confiaron su voto. Por lo menos esto es lo que estarían develando los decretos y planes de emergencia del gobierno de su pupilo y heredero político, Nicolás Maduro.
Apenas a siete días de ser proclamado Maduro Presidente de la República, su ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, decretó una emergencia del Sistema y Servicio Eléctrico Nacional por 90 días, bajo el supuesto de “garantizar la prestación de un servicio que satisfaga las necesidades del pueblo”. A buen entendedor, sobran las palabras… Es decir, ¿Chávez no hizo su tarea en materia eléctrica, a pesar de que también ejecutó por varios días una emergencia del sector? Bueno parece que el dúo Maduro-Chacón tampoco lo está haciendo bien: Cumplidos los 100 días aplicando su Plan de Acción en materia eléctrica, el servicio no ha mejorado de manera perceptible para la población, dado que los apagones y el racionamiento continúan, y no se ve un avance significativo en las obras para hacer más eficiente el Sistema.
Otra tarea inconclusa de Chávez sería en materia de seguridad. En la década de Chávez, aún con 19 planes de seguridad a cuestas, Venezuela se ubicó sostenidamente entre los países con mayor violencia de la región. Desde diciembre de 1998 a diciembre de 2012 la tasa de homicidios salto de 19 a 73 homicidios por cada 100.000 habitantes, según estimaciones de la ONG Observatorio Venezolano de Violencia. Pero, no es sólo las cifras que hablan del fracaso de Chávez en materia de seguridad, sino la urgencia de Maduro, de implantar su Plan Patria Segura y poner en las calles de todo el país a efectivos militares. Lo lamentable es que aunque según el ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, los delitos en las zonas beneficiadas se redujeron en 30%, lo cierto es que la “sensación de inseguridad” persiste en la población pues continúan las altas cifras de homicidios, y éstos hoy no solo los ejecuta el hampa común y organizada sino también, como era previsible, son producto de los excesos y errores de los efectivos militares que aplican el Plan.
Con el Decreto 238, publicado el 31 de julio en Gaceta Oficial, que declara en estado de emergencia la infraestructura vial de todo el territorio nacional, por un lapso de 90 días, la Presidencia también estaría evidenciando que Chávez tampoco fue eficiente en darles a los venezolanos la vialidad que requieren. En 2006, año cuando se cayó el Viaducto de la autopista Caracas-La Guaira, un estudio del Colegio de Ingenieros de Venezuela estimaba que el grado de deterioro de la infraestructura vial era de un 70%, es decir siete de cada 10 kilómetros de vías estaban en estado crítico o a punto de colapsar. Luego de siete años la mejoría en materia vial ha sido poca, por no decir nada, o está peor, pues inversión y mantenimiento brillan por su ausencia.
Sin embargo, parece que detrás de estos decretos no solo están las ineficiencias de Chávez. Según algunos analistas, otro punto inserto en éstos sería el interés de actuar a discreción las obras y adquisiciones, sin los obstáculos que impone la ley de contrataciones y licitaciones públicas y para no rendir cuentas del manejo de los recursos del Estado. En esto Chávez sí le dejó un buen legado a Maduro.
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