SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Los autodenominados hijos de Chávez creen que buena parte de los venezolanos son tontos. Desde la desaparición del caudillo "eterno" vienen descubriendo el agua tibia en diferentes campos de la vida nacional.
El vicepresidente Jorge Arreaza, quien es más "hijo" que los demás por razones obvias, hizo una serie de señalamientos sobre el país que le quedarían bien a alguien que no hubiera detentado el poder nunca en Venezuela. Pero, dichas por personeros que acompañan un gobierno de casi década y media, lucen ridículas.
Arreaza afirma que no puede ser que dependamos de la burguesía y de las importaciones para "garantizar la alimentación de nuestro pueblo". Pues bien, Jorgito, si no fuera por la "burguesía y las importaciones" el pueblo venezolano se habría muerto de hambre, porque ustedes no jalan escardilla ni en la sombra.
Siguiendo con las "reflexiones" del susodicho, señaló después que "el rentismo petrolero hizo fracasar lo que parecía imposible: el desarrollo de un país con todas las condiciones", y como todos sabemos hoy, gracias a la administración chavista el país es mucho más dependiente del petróleo que hace 15 años.
Es cierto, el rentismo puede ser el culpable de muchas cosas, pero no lo es de la intención de engañar incautos que demuestra el "hijo" predilecto.
Otra de sus reflexiones apunta a la necesidad de cambiar el modelo económico del mundo para poder salvarlo del desastre ambiental.
Desde aquí le proponemos que se atrevan a tomar medidas para reducir el consumo interno de gasolina y demostrar con hechos que su preocupación por el planeta es real. Eso de creer que los demás son pendejos solo demuestra quién es el verdadero pendejo.
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