Por: Xavier Coscojuela/TalCual
La lista es larga y la impunidad también. El Plan Bolívar 2000; el financiamiento del BBVA a la primera campaña electoral de Hugo Chávez; el guiso del central azucarero de Sabaneta de Barinas, el maletín de Antonini, el desfalco al Fondo de Pensiones de Pdvsa, la trácala en el Bandes y el Fondo chino; la comida de Pudreval; la estafa en Fondafa, las mafias de la cabilla y el aluminio de Guayana, el negocio de los bolichicos “rehabilitando” el sistema eléctrico nacional;
La lista sigue y la impunidad también. Todos los negociados que se producen dentro y alrededor de las empresas de Guayana; los guisos que se han cocinado construyendo el BusCaracas y reconstruyendo la torre Este de Parque Central; los “negocios” que provocaron la salida del país de Rafael Isea. La administración de Diosdado Cabello en la Gobernación de Miranda, la cual fue avalada ayer por el TSJ.Lo dicho por Walid Makled sobre narcogenerales y narcodiputados; las revelaciones de Aponte Aponte sobre la corrupción de la que participó. Ni siquiera la realizada por Jorge Giordani sobre las empresas de maletín que recibieron 20 mil millones de dólares ha movido el interés de los diputados maduristas.
Todas estas denuncias que acabamos de recordar tienen varias cosas en común: involucran a militantes del PSUV y no han sido investigadas ni por la Asamblea Nacional ni por la Fiscalía General de la República ni por los tribunales. Todas las peticiones de investigación hechas por diputados de la Mesa de la Unidad han sido negadas a paso de vencedores por los compinches de los corruptos, es decir por la fracción roja rojita.
Por eso, el acto del pasado martes para despojar a María Aranguren del cargo que por votación popular le otorgaron los monaguenses fue un vulgar arrebatón, similar a los asaltos que se cometen a diario contra ciudadanos inocentes.Fue además y sobre todo un acto de suprema hipocresía.
Las palabras de la diputada desnudaron a sus antiguos compañeros. Le cobran el ser disidente y no haberse prestado para convertirse en el voto 99.La única manera de que quienes detentan el poder investiguen un acto de corrupción, es que el investigado se haya convertido en su adversario político. El general Raúl Baduel era un soldado excepcional, el hombre que rescató al finado de la isla de la Orchila cuando el golpe de 2002 y a quien le otorgaron el rango de general en Jefe.
Bastó que Baduel discrepara de las pretensiones del finado “eterno” sobre la reforma constitucional para que se convirtiera en un corrupto y terminara preso. La fórmula ya había sido empleada antes, por ejemplo contra el exmagistrado Luis Velásquez Alvaray, quien fue ascendiendo en el escalafón del poder chavista hasta que cometió algún desliz que molestó al jefe y lo hizo viajar raudo y veloz al exterior.
Eduardo Manuit y José Gregorio El Gato Briceño, son otros ejemplos de lo que decimos.
Los hechos que le imputan a Aranguren ocurrieron en 2008, lo que no impidió que fuera postulada por el PSUV como una de sus candidatas a diputada. En aquel momento era una impoluta ciudadana, hoy como es disidente, como enfrenta sus tropelías, es sospechosa de corrupción.
Lo ocurrido el martes en la Asamblea demostró, una vez más, que no es la lucha contra la corrupción lo que anima a los diputados del PSUV y sus aliados.
La manera como lograron el diputado 99 es otro emblema de la corrupción nacional.
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