Nicolás Maduro insiste en querer "hacerle la guerra al dólar paralelo", quebrarle el pescuezo, parar su andar sostenido hacia la colina de la hiperinflación y la devaluación criolla.
Sin embargo, el ejército del señor dólarparece que tiene en Nicolás y sus camaradas, por no decir secuaces, al mejor aliado.
Basta darse cuenta de que cada vez que el señor que ocupa la Presidencia pero no vive en La Casona abre laboca, el paralelo aumenta. Cada vez que Diosdado, aquél de la "derecha endógena" como lo calificaban, hace lo propio, pum, otro disparo hacia arriba del "innombrable".
Cada vez que Rafael Ramírez dice que todo está fino, allá se van más bolívares por cada verde, especialmente cuando el presidente de Pdvsa afirma que faltan al menos 50 años para "acomodar la economía".
Con el mismo impulso del dólar paralelo se esfuman las esperanzas de al menos dos generaciones de jóvenes de vivir en un país sin crisis. Gracias, Rafael.
Entonces, ¿qué clase de guerra es esta donde cada declaración lo que hace es fortalecer al enemigo? ¿Quién es el estadista fantástico al mando de estas tropas financieras capaces de mientras más pelear más darle energía al contrario?
Mientras tanto, lo que vive el país es una "economía de guerra" causada por quienes dicen defender la paz y, peor aún, ser garantes de ella.
Curiosa manera de combatir la del nuevo Comandante en Jefe de esa "guerra económica".
Pareciera que loprimero sería meter su boca en la trinchera y callarla, a ver si así, al menos, las tropas del "enemigo verde" ledan un respiro y dejan de tener cada vez más municiones, 50 y tantas por cada soldado, dicen.
Cort. TalCualDigital
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