La rebaja en la calificación complica la posibilidad de emitir nuevos bonos
VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
A fin de incrementar el gasto más allá de lo que permiten los altos precios del petróleo y la recaudación de impuestos el Gobierno recurrió al financiamiento y entre 2008 y 2012 disparó 108% el monto de la deuda en divisas de la República, desde 50 mil 909 millones de dólares hasta 105 mil 779 millones, una carga que ha comenzado a impactar las cuentas.
Una porción importante de los bonos vendidos a los inversionistas se venció este año, algo que se añade al pago de intereses, y el Banco Central observa cómo crece el monto de dólares que tiene que extraer de las reservas internacionales para cumplir a tiempo con estos compromisos.
Las cifras oficiales registran que en los tres primeros trimestres de este año el Banco Central destinó al pago de deuda 5 mil 804 millones de dólares, una cifra que se traduce en un salto de 215% respecto al mismo lapso de 2012.
Este aumento en la cantidad de dólares que hay que dirigir al pago de deuda disminuye las divisas disponibles para que Cadivi las distribuya al sector privado, sobre todo, en momentos en que el efectivo que tiene el Banco Central para cumplir con todos los requerimientos se ha mantenido a lo largo del año en cantidades muy bajas que no permiten mayor flexibilidad.
En un entorno donde Pdvsa deposita en fondos que maneja el Gobierno la mitad de los petrodólares, tiene problemas para elevar la producción y vende petróleo a descuento a países aliados las reservas internacionales acumulan un declive de 30% en el año.
Un aspecto relevante es que 70% de las reservas corresponde a barras de oro y otro tanto a bonos, por lo tanto, los dólares en efectivo que tiene a mano el Banco Central para cubrir importaciones y deuda externa se han mantenido en niveles bastante bajos, por debajo de 2 mil millones de dólares, y el BCV no tiene mayor flexibilidad, básicamente depende del flujo de dólares porque hay muy poco en el tanque.
A la sequía de dólares en el Banco Central se añade que la sustitución del Sitme por el Sicad ha significado una reducción de 78% en la oferta de divisas que fluye por el mecanismo que complementa a Cadivi.
El ala privada de la economía siente el impacto de la sequía de divisas y las importaciones registran una caída importante que a su vez se manifiesta en la creciente escasez. Las estadísticas oficiales indican que las importaciones del sector privado ascienden a 22 mil 647 millones de dólares al cierre del tercer trimestre del año, una magnitud que refleja un descenso de 13% respecto al mismo lapso de 2012.
En el sector público la historia es diferente. Como el Gobierno controla las divisas puede destinar a sus empresas la cantidad que desee y sus importaciones registran un incremento de 9% en lo que va de año y ya representan 42% del total de las compras al exterior.
Más costosa
Para el próximo año los pagos de deuda en divisas seguirán presionando a las finanzas públicas, de hecho, el presupuesto aprobado por la Asamblea contempla que por capital e intereses habrá que desembolsar 7 mil 400 millones de dólares.
El Ministerio de Finanzas podría emitir nuevos bonos para obtener recursos y así cancelar los que se vencen, pero las calificadoras de riesgo han colocado a Venezuela en la mira y los inversionistas exigirían una elevada tasa de interés.
El martes de esta semana Moodys degradó los títulos del país desde B2 a Caa1, un escalón destinado a los bonos altamente especulativos o "basura" como se les conoce en la jerga financiera.
El reporte de Moodys es contundente y explica que la rebaja de la calificación obedece a desequilibrios macroeconómicos insostenibles que incluyen elevada inflación y escalada del dólar en el mercado paralelo.
Standard & Poor's también rebajó su calificación para la deuda venezolana.
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