Si se otorgara el Premio Ridículo del Año, obviamente que el nombre de la ministra de Educación Maryann Hanson figuraría entre las principales nominaciones. No solo por su argumento que dio a AFP de que la oposición había obtenido alcaldías en las ciudades "donde existe la mayor alienación del imperio", sino por el hecho de que la misma noche de las elecciones municipales aseguró, con voz categórica, que las actividades escolares se reanudarían el mismo martes, alegando que al país lo que le hace falta es trabajar y a los niños aprender más.
Pero Hanson no contaba con el dato (algunos lo dan por cierto) de que Nicolás Maduro era conocido como trabajador "reposero" del Metro, y que, de muchacho, era amigo de escaparse de clase en el liceo de El Valle donde asegura haber sacado su bachillerato.
De manera que el hoy Presidente pasó por alto el discurso de la ministra de Educación y dos días después "decretó" las vacaciones escolares. Esto preocupa a muchos padres, porque si hubo un año en que se perdió tiempo parejo fue en 2013. Basta citar el duelo de 10 días por la muerte de Chávez y las dos elecciones.
Cort. TalCualDigital
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