La Universidad Central de Venezuela está tomada por el hampa. Los atracos suceden a cualquier hora del día y en cualquier parte de la máxima casa de estudios del país.
La mayoría de los delitos son cometidos por motorizados. El cuerpo de vigilantes de la universidad parece estar pintado en la pared, aunque en su descargo hay que señalar que no están armados, por lo que no pueden enfrentar a los malandros.
Dentro de la comunidad ucevista hay quienes piensan que estos delitos no son casualidad, sino que son alentados desde el Gobierno para que la UCV siga el camino de la Universidad del Zulia y pida que dentro del alma mater se aplique el Plan Patria Segura.
No sería extraño que esta tesis sea la verdadera, pero el referido Plan no es ninguna solución, dado que no ha podido bajar los índices delictivos que hay en el país.
Basta darse una vuelta por la Plaza Venezuela para comprobar que el plan que lidera Miguel Rodríguez Torres es pura pantalla. Los únicos seguros en este país son los malandros.
Cort. TalCualDigital
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