Por: VenEconomía
Este martes representantes de los sectores farmacéutico, textil, químico y papelero esperaban los resultados de la segunda subasta SICAD del año. El monto a subastar era de $220 millones que servirían para destrancar la precaria situación de las empresas privadas, caracterizada por la generalizada falta de insumos, materias primas y productos importados indispensables para operar.
Sin embargo, la espera fue infructuosa, debido a que a finales de la jornada el BCV anunció que suspendía la subasta SICAD N°16 debido "a un conjunto de anomalías y falta de cumplimiento de normas exigidas, detectadas en la revisión exhaustiva de las órdenes de compra consignadas”.
A los ojos del analista se genera una suspicacia partiendo de la base de que en el actuar de un Banco Central no debería caber tan irresponsable improvisación. Es impensable que en un proceso tan vital, donde se supone participa un equipo multidisciplinario y capacitado, cualquier falla, carencia o defecto de las empresas postulantes debería ser detectado en el momento de recepción de su solicitud y no en el momento de dar los resultados de la subasta.
Es de suponer también que, habiendo celebrado 15 subastas en seis meses, el Banco Central debía tener engrasado el mecanismo de recepción y revisión de las solicitudes, para evitar hacer lo que este martes hizo: dejar hasta última hora la suspensión de la subasta. Una subasta con la que apenas se comenzarían a tapar unos pocos huecos de la monumental crisis de abastecimiento de varios sectores prioritarios de los que pende, por ejemplo, el abastecimiento de fármacos, reactivos indispensables para la salud de miles de miles de ciudadanos, o el suministro de papel que tiene en jaque a medios informativos impresos.
Esta suspicacia lleva a pensar en otras razones u objetivos de esta súbita suspensión de la subasta del SICAD.
La que salta a la mente es que sí, es muy cierto, el gobierno quiere estrangular a los medios impresos privados. El papel periódico era uno de los productos incluidos en la convocatoria de la Subasta No.16. El sábado pasado, se informó que se había negado al Diario El Nacional la participación en la subasta porque “el sector no fue convocado”.
Se supone que al haberle demostrado al Banco Central que el renglón “papel” sí incluye papel periódico, el gobierno optó por ordenar la suspensión de la subasta.
Así, se mantiene la guillotina sobre el cuello de los principales diarios del país que ya anunciaron su inminente cierre por falta de papel, y así terminar de imponer su totalitarismo y hegemonía informativa, para que el gobierno lleve la voz cantante en esta “Venezuela Chevere”, y nadie conozca los alcances del vandalismo oficial, la debacle económica, el derrumbe del sector salud y el hambre de la población.
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