jueves, 13 de marzo de 2014

¿Cuántos muertos más, Maduro?/Editorial Tal Cual jueves 13mar14

Por: Fernando Rodríguez/TalCual
Al conmemorarse un mes de los lamentables sucesos del pasado 12 de febrero la historia se repitió trágicamente ayer. Otras cuatro personas fueron asesinadas en Valencia, sumando en total 26 los ciudadanos muertos desde entonces, además de una gran cantidad de heridos y cientos de personas detenidas.


El Gobierno de Nicolás Maduro sigue apostando por la represión y la segregación. Practica una especie de apartheid, donde sus adversarios políticos no tienen ningún derecho, por mucho que estén plasmados en la Constitución. La marcha de los estudiantes democráticos fue cercada y reprimida sin ninguna justificación, mientras los universitarios partidarios del oficialismo, pocos por cierto, por el gobernador de ese estado, Francisco Ameliach, el pasado 12 de febrero a través del cual hacía un llamado a las Unidades de Batalla Hugo Chávez a “prepararse para el contraataque fulminante. Diosdado dará la orden” sigue causando víctimas.

Caminaron protegidos por integrantes de los cuerpos represivos a la orden de Maduro. Pero la represión no fue solamente en Caracas. En Valencia se produjo una jornada sangrienta. El tuit colocado.

Por supuesto que a este mandatario regional, pese a haber incitado a la violencia en las redes sociales y no controlar a los grupos paramilitares, no lo ha citado la Fiscalía. Ni lo hará. Para ellos no hay ley. Se sienten guapos y apoyaos.

El diálogo al que convoca el Gobierno no puede darse mientras en las calles del país los grupos paramilitares actúen con total impunidad. Cuando todo el país los ve agrediendo a manifestantes opositores con el apoyo de la Guardia Nacional y la Policía Nacional y la mirada cómplice de la Fiscalía y la Defensoría es poco menos que imposible el fulano diálogo. Maduro parece no tener ningún prurito en utilizar cualquier medio para intentar acallar las protestas. De sus manos depende que no corra más sangre.

El presidente además mantiene una actitud contradictoria en relación con el diálogo que plantea. Por momentos parece hacerlo con seriedad, pero la misma no le dura mucho y los insultos le brotan a granel. Maduro no quiere hablar con los representantes de los millones de venezolanos que lo adversan, por eso agrede y descalifica a los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática.

Los encuentros que se han realizado en Miraflores han reunido a gente representativa de algunos sectores, como el empresarial, pero no a la oposición política.

El diálogo no puede ser una especie de ventetú, donde cualquier ciudadano, aunque no represente a nadie, participa en esos encuentros. Los venezolanos demócratas tenemos una instancia que nos representa y con ella es que tiene que reunirse el Gobierno, si de verdad quiere dialogar.

De lo contrario, la situación seguirá por el camino que va. Cada día habrá que contar los muertos, los heridos y los detenidos. Maduro cree, está convencido, de que quienes se le oponen se asustan cuando ven a los cuerpos represivos, incluyendo en ellos a los paramilitares. Está equivocado. ¿Cuántos muertes más necesita causar Maduro para convencerse de ello?.

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