ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
El régimen de Nicolás Maduro está considerando imponer un toque de queda y sacar al Ejército para reemplazar a una Guardia Nacional ya exhausta en su intento por poner fin a más de cinco semanas de protestas, pero algunos militares resisten la propuesta por el riesgo de que catapulte a Venezuela a una espiral de violencia, dijeron fuentes familiarizadas con la situación.
Los planes, que también contemplan la suspensión de las garantías constitucionales, se discuten ante las señales de que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ya no es suficiente para contener las manifestaciones que sacuden al país desde inicios de febrero, y algunos oficiales se han rehusado a cumplir órdenes de redoblar la represión.
El embate lanzado hasta ahora contra los manifestantes, la mayoría de ellos estudiantes, no tiene precedente en la historia reciente del país sudamericano, con un saldo que se ubicaba el jueves en al menos 28 muertos, más de 300 heridos y más de 1,300 detenidos, incluido el líder opositor Leopoldo López.
Pero la Guardia Nacional, que conjuntamente con los grupos paramilitares ha sido la encargada de enfrentar a los manifestantes, requiere de relevo, dijo una fuente que habló con el Nuevo Herald bajo condición de anonimato.
“La Guardia Nacional ya no da más. Están pensando [la cúpula chavista presidida por Maduro] en sacar al Ejército, decretar un toque de queda y suspender las garantías, pero no han podido hacerlo porque no han conseguido el apoyo total militar”, dijo la fuente, quien se mantiene en contacto con oficiales venezolanos.
Parte de los oficiales se resisten debido al riesgo asociado con sacar al Ejército a las calles.
“Sacar el Ejército implica el riesgo de provocar un número mayor de muertos, porque si hay un desorden vas a tener a los soldados disparando”, afirmó.
El ex comandante del Ejército, el general Carlos Julio Peñaloza, coincidió en que la Guardia Nacional ya está desgastada.
“Ha sido más de un mes de lucha. Los manifestantes también están cansados, pero son jóvenes, y hay más de ellos. En Venezuela, entre los liceos y las universidades hay cerca de tres millones de muchachos, y los agentes de la Guardia Nacional son 30,000”, comentó Peñaloza en Miami.
“Están siendo asistidos por otros 15,000 que conforman los grupos paramilitares y las milicias, pero 45,000 no pueden contra tres millones, aún cuando están súper armados”, agregó.
Peñaloza, quien también se ha mantenido en contacto con sus homólogos, dijo que Maduro llegó a la conclusión hace ya algún tiempo de que las dimensiones de las protestas y la constancia de los manifestantes, estaban ya superando la capacidad de la GNB.
“Ha estado presionando para que salga el Ejército, porque es más grande, cuenta a su disposición con unos 100,000 hombres. Los han estado sacando por cuentagotas, pero los jefes de ellos se resisten porque saben que el Ejército no está preparado para restringir protestas y desórdenes públicos. Ellos están preparados para matar”, sostuvo.
Para Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma de asesores Inter American Trends, existe un importante sector del Ejército que se rehúsa a dar la orden a sus hombres de salir a la calle.
“Un importante sector de las Fuerzas Armadas ha demostrado que no está de acuerdo con la excesiva represión de la población que hemos visto en los últimos días. Y ese sector no se va a mostrar dispuesto a salir a la calle para defender un toque de queda, sabiendo que el costo de cumplir esa orden será un número inaceptable de muertes”, dijo De La Cruz.
Sin embargo, la presión que recae sobre Maduro para tratar de contener las manifestaciones es muy intensa.
Pese a la violencia empleada contra los manifestantes, con la lista de denuncias de violaciones a los derechos humanos acumulándose contra el régimen, las jornadas de protesta se mantienen en las principales ciudades del país.
En Valencia, donde tres coroneles de la Guardia Nacional se insubordinaron la semana pasada, rehusándose a cumplir ordenes de incrementar la violencia, ya el destacamento de esa institución militar no da más.
“El regional [de Valencia] está prácticamente colapsado”, aseguró en Miami el teniente José Antonio Colina, presidente de la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex).
En la regional, están operando integrantes de las agrupaciones paramilitares chavistas, pero “algunos de estos colectivos se están quejando de que ya la Guardia Nacional no les está acompañando en la represión”, comentó Colina, quien se mantiene en contacto con sus homólogos aún activos de la GN.
Y los oficiales de la Guardia Nacional no son los únicos que le han dado la espalda recientemente al régimen de Maduro.
Los analistas mantenían el jueves la mirada sobre las declaraciones ofrecidas el día anterior por ex gobernador del estado Mérida, Florencio Porras, quien aseguró que el gobierno de Maduro coincide con las características del fascismo.
“Cualquiera entra a Google y busca las características del fascismo y encuentra que hay 14 puntos y el gobierno de Maduro coincide en 11 de ellos, entonces nos preguntamos, ¿dónde están los fascistas?”, expresó Porras, un militar retirado que acompañó al fallecido Hugo Chávez en su fallido golpe militar de 1992.
De La Cruz señaló que ese comentario, proviniendo de un representante del ala militar del chavismo, es una clara señal de que el sector militar está viendo con malos ojos la excesiva represión del país.
“Ese es un comentario de uno de los miembros del 4F”, enfatizó el analista en referencia al intento de golpe de estado del 4 de febrero de 1992.
El Nuevo Herald
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