Por: VenEconomía
Las cosas parecen que se van poniendo cada vez más color de hormiga para el venezolano.
Algo que no debe sorprender, primero porque ha sido sobre advertido por analistas independientes y segundo, por lo previsible que es que una situación se salga de control si es manejada al boleo y con aviesas intenciones.
Nicolás Maduro da la impresión de que no termina de deshojar la margarita para decidir de una buena vez si tomará o no las decisiones correctas para hacer que el país reflote.
El 28 de junio de este año anunció que venía un “sacudón” para enfrentar la supuesta guerra económica y hasta hoy, luego de varios amagos, el mentado “sacudón” no ha pasado de ser un soplo de abanico.
Ayer nuevamente, anunció que hoy sería el día definitivo para develar el “conjunto de propuestas y decisiones sobre el proceso de renovación y sacudón del Gobierno, del Estado, de los métodos del Gobierno y de las prioridades”, y pidió todo el apoyo de su partido, el PSUV, de la alianza, el Gran Polo Patriótico y del pueblo.
Para mediodía de este martes, aún no se había hecho la luz para el sacudón y, por tanto, no se sabe qué esperar del eventual anuncio, no se sabe si será más de lo mismo o peor de lo mismo.
Lo que sí es previsible es que no se anunciará ninguna revisión de alguna de las nefastas políticas castrochavistas.
Esto así por las señales contradictorias y amenazantes emitidas por cada uno de los voceros del régimen.
Por ejemplo, han pasado más de dos semanas de anunciarse la aplicación del “sistema biométrico”, la “solución mágica” que dio el superintendente de Precios, Andrés Eloy Méndez, todavía no se ponen de acuerdo en el gobierno sobre su alcance y condiciones. Unos dicen que será voluntaria; otros que será obligatoria. Unos afirman que se aplicará solo para la red pública; otros para tirios y troyanos. Unos aseguran que se aplicará a todos los alimentos; otros que cubrirá solamente a 23 productos de la canasta básica. ¡Total confusión, gran berenjenal!
Los únicos que están de acuerdo son los analistas de la Oposición Democrática que alertan que un sistema de este tipo podría ser la encarnación electrónica de la tarjeta de racionamiento cubana.
Por otro lado, mientras se reactiva una dirección de distribución de alimentos en PDVSA, se le quita (a muy bajo perfil informativo) las responsabilidades a Rafael Ramírez en el Cencoex y en el manejo de las importaciones estatales. Tareas que pasan a manos del vicepresidente Jorge Arreaza, quien está comprometido hasta los tuétanos con el modelo castrocomunista.
En otro renglón donde tampoco han dado pie con bola es en el supuesto combate al contrabando de extracción en la frontera con Colombia, algo de esperar por el simple hecho que el mal está enquistado en la avidez de los mismos llamados a combatirla.
Con respecto al Gabinete Ejecutivo “renunciante” hace más de dos semanas, casi en su totalidad sigue campante ejerciendo sus funciones y raspando la olla ante la incertidumbre de lo que el destino le deparará.
En fin, nada es seguro, todo está en veremos del lado del gobierno. Lamentablemente del lado opositor, pareciera que los que tendrían que ejercer el liderazgo, lo que están haciendo es esperar por pajaritos preñados.
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