La inhospitalidad de Caracas se instala en cada rincón donde se fije la mirada. Un anciano enfermo pide ayuda en la plaza San Martín, mientras dos policías envían mensajes de texto a las novias. Un niño yukpa pide dinero en el semáforo contiguo al TSJ, frente al magistrado que sale en su camioneta con vidrios ahumados, y el chofer le pregunta cómo le fue en el día. La última ocurrencia de la semana de los vecinos de La Pastora fue depositar los desperdicios justo donde Cantv plantó un teléfono público para las emergencias ciudadanas. Sólo que le faltó habilitar el número para denunciar la basura olvidada por la empresa habilitada para recogerla.
Cort.TalCualDigital
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