Desde hace más de un año, 50 trabajadores de Pdvsa-Gas se vienen de Anaco a Caracas para exigir el reenganche y pago de salarios caídos de un centenar de compañeros suyos despedidos de dos cooperativas creadas por el Gobierno. En su peregrinaje, los reclamantes se han encadenado a las puertas de Pdvsa La Campiña, se han cortado los brazos frente a la sede de MinTrabajo y se han echado a la calle frente a Miraflores, sin que ningún funcionario del gobierno revolucionario los atienda.
En su última estación, esta vez llegaron a la Vicepresidencia y en gesto en extremo dramático se crucificaron, pero es posible que Elías Jaua, a lo Pilatos, se haya lavado las manos. Foto: Manaure Quintero
Cort. TalCualDigital
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