El beisbol es una pasión que en Venezuela une a los que no se tratan por desavenencias personales, o por razones políticas. Un deporte que se disfruta en familia y, como en las fiestas, pone colores a los estadios, a donde la gente acude para ver jugar a las estrellas de su equipo preferido y para disfrutar con el sufrimiento de los que pierden. Un deporte que además es democrático porque forma buenos deportistas y convierte en millonarios a los humildes. Por eso, cuando las sillas se llenan y comienza el ruido de la fanaticada, se olvidan las penas y estalla la alegría, aunque sea durante nueve innings.
Cort. TalCualDigital
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