Jorge, a quien podemos suponer un hombre serio y de palabra, debe estar ya preparando su renuncia para honrar su promesa de que si en este año no resolvía el problema de la basura en Libertador dejaría el cargo
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
En el CNE van a tener que preparar una elección que no tenían prevista: la de la Alcaldía del municipio Libertador, hoy regida por Jorge Rodríguez.
Jorge, a quien podemos suponer un hombre serio y de palabra, debe estar ya preparando su renuncia para honrar su promesa de que si en este año no resolvía el problema de la basura en Libertador dejaría el cargo.
Puesto que esa calamidad no ha hecho sino empeorar, hemos de suponer que Jorge Rodríguez no querrá quedar como un hablador de pendejadas igual a aquel tercio que dijo que se quitaba el nombre si no resolvía el drama de los “niños de la calle” en tres meses.
Como se sabe, la presencia de menores muy humildes en las calles es ya un rasgo distintivo del paisaje urbano caraqueño y el tipo, sin embargo, conserva el apelativo con el cual lo bautizaron. Fue el primero de sus grandes engaños al país.
¿Será Jorge Rodríguez una persona de otro talante, capaz de hacer honor a sus promesas? Porque la verdad es que el fracaso en crear un servicio de recolección de basura pasablemente eficiente tal vez tenga algo que ver, quizás más de lo que se piensa, en los resultados electorales de Caracas, donde la Unidad derrotó al PSUV.
En Catia, en particular, donde los montones de basura son ya “estructurales” y tal vez haya que dinamitarlos para poderlos recoger, se recortó mucho la brecha entre la Unidad y el PSUV, probablemente muy calientes sus habitantes por la desidia que los condena a vivir en esa especie de Bonanza o Las Mayas, en que se han convertido las calles de su parroquia.
Estaremos pendientes de las próximas decisiones de Jorge Rodríguez, confiando en que la lengua no sea, en su caso, el castigo del cuerpo.
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