Mientras no llega el autobús de la inclusión social, que hace doce años anunció el presidente Chávez, este joven intenta ganarse el sustento diario, con el favor de la luz del semáforo, sorteando los autos que bajan por la venida a toda velocidad y afrontando la indiferencia de los transeúntes, que pasan imbuidos en sus propias preocupaciones.
No es un oficio, pero todos lo conocen como "el rebusque diario", una suerte de derecho constitucional para aquellos venezolanos a quienes la revolución bolivariana les ha fallado y con quienes sigue estando en deuda.Foto: Manaure Quintero
Cort. TalCualDigital
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