Si usted no puede hacer el mercado completo, la culpa es de los medios, que fabrican una realidad que no existe. Esa verdad la reveló el pasado viernes el inefable ministro de Finanzas Jorge Giordani
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
No es que usted cuando va al mercado no consiga aceite, harina de trigo, leche o carne de res, es que los medios las desaparecieron. Su angustia es generada por una matriz mediática planificada desde esos centros de poder que tiene el imperialismo y al que siguen a pie juntillas los medios de comunicación que no le cantan loas a la “revolución” de Chacumbele.
Si usted no puede hacer el mercado completo, si tiene que recorrer varios establecimientos comerciales y aún así tener una compra chucuta la culpa es de los medios, que fabrican una realidad que no existe.
Esa verdad la reveló el pasado viernes el inefable ministro de Finanzas Jorge Giordani, en el mismo momento en que se quejaba de que la oposición no reconociera el crecimiento, que según las cifras del Banco Central de Venezuela, tuvo el PIB en el primer trimestre del año.
La verdad está en el mundo de Giordani, el mismo que iba a quitarse a sombrerazos los inversionistas extranjeros, y ni sombrero se compró. El “planificador” del eje Orinoco-Apure, tema del cual ya ni habla. En esas declaraciones afirma que se han destinado 330.000 millones de dólares a la inversión social.
Si esa cifra es cierta habrá que investigar muy bien a dónde fue a parar ese dinero, porque al paso que vamos ni carreteras van a quedar. Ha mejorado tanto la red pública de salud que cada vez que un alto funcionario tiene un percance corre, pero no al Pérez Carreño o al Vargas, sino a una clínica privada.
Lo mismo se puede decir de la educación pública, a la cual no acude ninguno de los hijos de los más altos funcionarios públicos. La infraestructura está por el suelo.
Si para llegar a Puerto La Cruz desde Caracas antes empleaba tres horas y media y ahora requiere como mínimo cinco, se debe al turismo de aventura que impulsa el gobierno de Esteban, que incluye una carretera que desaparece en cualquier momento. Giordani ya ni pamplina frita es, porque aceite no hay.
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