Para el historiador Vladimir Acosta, el partido político "no tiene opinión política de ninguna clase", agregando que el mandato de Chávez se ha vuelto "unipersonal, vertical, aquí ya no se discute"
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
La detención y posterior entrega del periodista colombiano, nacionalizado sueco, Joaquín Pérez Becerra por parte de Chacumbele, sigue generando debate dentro del chavismo, donde hay gente que no se hace el sueco con el tema y cuestiona la conducta gubernamental y de los dirigentes del PSUV.
Uno de ellos es el historiador Vladimir Acosta, quien en un programa en Radio Nacional se solidarizó con la defenestrada directora de Radio del Sur, Cristina González y con el grupo de periodistas de esa planta despedidos "casualmente" a raíz de este incidente y de su defensa del director de la agencia Anncol.
Luego de fijada la posición, Acosta aborda otro punto que nos parece muy importante: la unanimidad que las acciones presidenciales obtienen siempre dentro del PSUV, al punto que el historiador señala que "El partido no existe, no tiene opinión política de ninguna clase. Se limita a ejecutar lo que el Presidente ha decidido", agregando que el mandato de Chávez se ha vuelto "unipersonal, vertical, aquí ya no se discute", para después matizar y agregar que muchas veces lo que el comandante dice está muy bien, pero en otras se puede equivocar y nadie se atreve a señalárselo.
Incluso apunta que muchos dirigentes del proceso no opinan hasta que lo haya hecho Esteban, para no decir algo "equivocado", pues ya algunos quedaron pegados de la brocha luego de adelantar una opinión que no coincidió con la del jefe. A Acosta esto no le gusta, pero lo que extraña es que siendo historiador no haga analogías con otros procesos "revolucionarios" donde también se han impuesto liderazgos unipersonales y verticales.
Es un fenómeno que se repitió en la Unión Soviética y sus satélites, en la China de Mao y en la muy admirada, por Chacu, Cuba de Fidel y de Raúl. Que este tipo de liderazgos se repita no es raro, lo extraño es sorprenderse de ello y más siendo historiador.
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