Para quien transita por el pasillo subterráneo que une a Parque Central con la avenida México, le sorprenderá ver que la fastuosa "arepera socialista" que inventó el entonces titular de Comercio Eduardo Samán (en realidad su única obra como ministro) está cerrada.
Si pregunta le dirán que quebró porque sencillamente no podía vender las reinas pepiadas por debajo del costo de producción. Además, los trabajadores eran "pasantes" del Inces, a quienes no les pagaban salario porque su servicio formaba parte de su formación académica, y era obvio que de alguna parte tenían que sacar el pasaje. Total: el sueño que Samán le vendió a Chávez, y éste a su vez le vendió a Venezuela cuando dijo que "sembraría el país de areperas socialistas" terminó con la santamaría abajo y en su lugar existe un carrito improvisado que vende hamburguesas a los obreros que van a construir las viviendas de Farruco Sesto en el Paseo Vargas.Foto: Cortesía/Arnaldo Espinoza/TalCualDigital
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