viernes, 22 de julio de 2011

¡A pesar de todo, sí se pudo, carajo!/Simón Boccanegra 22jul11


El deporte, sobre todo en series o eventos cortos, suele depender demasiado de circunstancias aleatorias o de la común y silvestre suerte. Fue lo que ocurrió con Paraguay, y en la prorroga, literalmente avasallamos al equipo guaraní, los acorralamos durante media hora contra su arco y por poquito no se anotaron los goles del triunfo


Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
El deporte, sobre todo en series o eventos cortos, suele depender demasiado de circunstancias aleatorias o de la común y silvestre suerte. Que Brasil y Argentina sean eliminadas en una serie corta, como ocurrió en la Copa América, difícilmente podría repetirse en una competencia más larga, en la cual la calidad termina por imponerse sobre la casualidad o el azar.

Fue lo que nos pasó en la semifinal con Paraguay. De tú a tú con ellos en los 90 minutos regulares, y en la prorroga literalmente avasallamos al equipo guaraní, los acorralamos durante media hora contra su arco y por poquito no se anotaron los goles del triunfo.

Pero, así es el fútbol (y cualquier otro deporte), de modo que después, en una especie de manifestación de una injusticia abstracta o difusa, sin responsabilidad de nadie, perdimos en la ruleta rusa de los penales. Mala suerte, para un equipo que demostró ser muy superior a su rival, al menos esta vez.

Pero lo importante de todo no es finalmente el lugar que ocupemos sino la performance global de nuestra selección, a lo largo de toda la serie. Esta no fue casual; realmente ahora estamos y estaremos entre los que se mueven por encima de la mitad de la tabla.

Ya en Sur América saben que Venezuela no es una regalía de seis puntos hasta para el peor de sus rivales. Ya hay una calidad que nadie discute en el mundo futbolístico suramericano. Para ganarnos hay que jugar en serio. Es el fruto de largos años de trabajo tenaz y constante.

Perseverancia es la palabra. De nadar contra la corriente y de ir montando contra todos los obstáculos y escepticismos la pequeña pero tenaz y eficiente maquinita futbolística que hoy nos llena de orgullo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario