La salud exige cambios en la dieta

GIULIANA CHIAPPE |  EL UNIVERSAL

Cada vez que aparece una célula cancerígena, el cuerpo humano declara la guerra. En su ejército pelean las células NK, cuya principal función es destruir las células anormales que detecta. El problema es que, a veces, se pierde la batalla. 

Una buena alimentación refuerza el sistema inmunitario y lo ayuda a combatir el cáncer, si ya existe, o a prevenirlo más eficazmente. La Sociedad Anticancerosa de Venezuela ha advertido que "la alimentación también influye en el desarrollo del cáncer" y ha vinculado el consumo excesivo de grasas saturadas al desarrollo de tumores de mama, ovario, endometrio, colon y próstata. Como se ha repetido tanto, la clave es disminuir grasas y elevar el consumo de frutas, hortalizas y vegetales. 

Sin embargo, a diario se cometen errores que, sin saberlo, pueden debilitar al organismo para luchar contra una eventual presencia de células cancerígenas. En su libro, Alimentos que combaten el cáncer el científico canadiense Richard Beliveau sugiere cambios que, más que importantes, resultan unos verdaderos salvavidas de salud. Lo mismo hizo David Servan-Schreiber, neuropsiquiatra francés, en su Anticáncer, una nueva forma de vida. 

Un error frecuente es consumir grandes cantidades de harinas refinadas, como panes blancos, pastas, arroz blanco o cereales azucarados. Son alimentos con elevado índice glicémico y grandes productores de insulina, que alimenta a las células cancerígenas. 

La recomendación es sustituir el pan blanco por pan multicereal y los populares cereales refinados -y a veces azucarados- del desayuno, por los integrales o con alto contenido de fibra. 

El arroz blanco debe reemplazarse por integral o basmati, que tiene menor índice glucémico. Además, en la preparación del arroz debe agregarse ajo y cebolla, que ayudan a disminuir los picos de insulina. También es conveniente reducir el consumo de papas, aunque sean hervidas. Pueden sustituirse por granos, guisantes o brócoli. 

El azúcar refinada es tan dañina como las harinas. Los científicos prefieren la miel pero Servan-Schreiber ha sido aún más específico. A su juicio, la mejor es la miel de la planta mexicana ágave. Lamentablemente, es muy difícil de comprar en Venezuela. 

En el caso de algunos alimentos, lo mejor es simplemente no consumirlos. Beliveau y Servan-Schreiber sugieren "evitar por completo las grasas vegetales hidrogenadas tipo margarina" y preferir, siempre, el aceite de oliva, "que no estimula la inflamación" celular. Los alimentos fritos, cualquiera que sean, deben ingerirse lo menos posible. 

Según la Fundación Internacional para la Investigación del Cáncer, no deberían ingerirse más de 500 gramos de carnes rojas a la semana. Su consumo, y el de los embutidos, se ha vinculado a la aparición de tumores en el colon, recto, mama y próstata. Si son altas en sal, como la tocineta y algunos jamones, pueden elevar el riesgo de cáncer de estómago. 

Se recomienda reducir los lácteos convencionales pues contienen muchos ácidos grasos Omega 6 y sustituirlos por yogures o leche de soya. 

Algunas personas prefieren beber ciertos líquidos, como café y té, a muy altas temperaturas. Deben tener cuidado. Las bebidas excesivamente calientes elevan el riesgo de sufrir cáncer en la boca, faringe o estómago. 

Lo que sí 

Cada día, deben consumirse un promedio mínimo entre 400 y 800 gramos de frutas y verduras. Deben estar bien lavadas para eliminar restos de pesticidas que, según los estudios desarrollados por Servan-Schreiber, pueden ser también causantes de cáncer, junto con el resto de químicos utilizados en la agroindustria. 

Las verduras crucíferas, como el brócoli, las coles de Bruselas, el repollo y la coliflor, deben cocinarse al vapor para que no pierdan sus propiedades anticancerígenas. Las manzanas, las peras y los melocotones deben consumirse con piel -siempre bien lavada- pues es en la cáscara contiene grandes cantidades de fibra. 

El ajo, la cebolla y el ajoporro ayudan a reducir los efectos de sustancias cancerígenas liberadas al fumar o por las carnes hechas a la parrilla. Para que se potencien los beneficios, es preferible triturar el ajo y cortar la cebolla. 

Acostumbrarse a condimentar los alimentos con cúrcuma puede ser una gran decisión. Es considerado en antiinflamatorio más potente que existe y el organismo la procesa aún mejor si se combina con pimienta negra. Un aliño "anticáncer" sugerido por el doctor español Gilberto Chéchile, es mezclar una cucharadita de cúrcuma, con una pizca generosa de pimienta y aceite de oliva y añadirlo a ensaladas y verduras al vapor. El romero y el tomillo, como condimento de arroces y guisos, también ayudan al sistema inmunitario.