Ya suena a clisé decir que Venezuela se cae a pedazos. Pero lamentablemente es una verdad de Perogrullo. Más lamentable incluso es que el Gobierno no quiere reconocer su responsabilidad en este destrozo.
Una muestra de este deterioro de lo público se encuentra en el choque de trenes del tramo Charallave Norte-La Rinconada ocurrido el jueves 29 de septiembre, en los túneles de los Valles del Tuy.
Los hechos, que ya son más que conocidos, se resumen: Un tren que bajaba a Caracas se detuvo por una falla desconocida, otro que venía detrás lo chocó y lo descarriló; luego un tercero que subía a los Valles del Tuy chocó al primero. El saldo trágico es un fallecido, el conductor Wilfredo Argenis Macero, 109 pasajeros heridos y más 4.100 usuarios en estado de angustia.
Según declaraciones de algunos funcionarios del Instituto de Ferrocarriles del Estado y la mayoría de los conductores de los trenes se infiere que el accidente se debió, principalmente a que el sistema de seguridad no está funcionando. Se supone que el Ferrocarril tiene un sistema automatizado que emite una señal cuando una unidad sufre un desperfecto, la cual pareciera no funcionó. Se afirma que los trenes vienen operando "manualmente", dependiendo exclusivamente de los operadores, al igual que los nuevos trenes del Metro de Caracas.
También se infiere de esta tragedia que el Gobierno carece de planes de contingencia para eventuales emergencias, algo que se viene advirtiendo desde 1999, cuando la tragedia de Vargas. Como entonces, este jueves, el Ejecutivo Nacional tardó en reaccionar ante la crisis. Pasó más de una hora antes de que llegara el auxilio para evacuar a las más de 4.100 personas que viajaban en los trenes. Los mecanismos para abrir las puertas desde adentro o no existen o no hay una señalización adecuada. No había iluminación de emergencia. Para colmo, los pasajeros fueron asaltados por delincuentes, cuando deambulaban buscando la salida del tunel.
Dado que tanto la seguridad de este medio de transporte masivo del Estado como los planes de contingencia son responsabilidad el Gobierno, se infiere que:
De buscar un argumento para descentralizar, éste es uno.
De buscar motivos para apoyar la privatización, éste es uno.
De preguntarse las razones para cambiar el Gobierno, éste es uno.
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