SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Aristóbulo ya dormitaba el domingo, luego de una semana muy agotadora en la que había enfrentado a los diputados de la MUD que no terminan de convencerse de las bondades del proyecto, cuando lo llamaron para preguntarle a qué se debía que su Caporal lo había desalojado de la vicepresidencia del PSUV para la región central.
Se le quitó el sueño, pensó que se lo estaban vacilando, pero luego de algunas consultas corroboró que Chacumbele le había aplicado la misma medicina que él le dio a los diputados democráticos un viernes en la Asamblea Nacional: le había impuesto una decisión sin siquiera notificarlo.
Una cosa similar le ocurrió a la vicepresidenta del partido, Cilia Flores, quien fue defenestrada sin aviso a esa misma hora, en vivo y directo por el canal del partido, VTV. Allá en el llano, la Negra Antonia recibió, con la lealtad perruna que los caracteriza, la misma medicina y se la tragó contenta.
Diosdado Cabello, por el contrario, recobró el protagonismo perdido y se coloca como el segundo hombre del partido. ¿Será un premio a su actuación como parlamentario? También uno de los protagonistas de la masacre de El Amparo, Ramón Rodríguez Chacín, asumió una de las vicepresidencias.
Luego de conocer los cambios nos vinieron a la memoria todas las peroratas de Chacumbele y sus sumisos seguidores sobre la democracia participativa y protagónica. Ya ni las formas guardan.
El domingo Esteban les comunicó a sus camaradas los cambios que él decidió. No reunió a la dirección del partido para debatir las modificaciones. Simplemente tomó el teléfono llamó a su canal y dio a conocer su decisión.
En el pasado los chavistas cuestionaban al cogollo de AD y Copei, pero por lo menos ese tenía dos integrantes como mínimo. El que ellos obedecen apenas tiene un miembro.
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