La ministra para la Educación Universitaria, Yadira Córdova, que por esas ocurrencias de Chacumbele también se ocupa de las adolescentes embarazadas, dijo con su cara muy lavada por VTV que el gobierno no apoya ningún tipo de violencia, y agregó que en estos 13 años de gobierno revolucionario han demostrado que son defensores de la paz
SIMÓN BOCCANEGRATalCualDigital
La administración del Caporal y sus secuaces demostró, una vez más, la fibra democrática de la cual están hechas sus convicciones. No se conformaron con destruir actas, votos y material en la jornada electoral ucevista del pasado viernes. Tampoco fue suficiente "retener" a la decana de la Facultad de Economía el martes 13, sino que al siguiente día sabotearon los comicios en las dos escuelas donde habían borrado los resultados del viernes 9.
El miedo a contarse es libre, pero en democracia la única manera de saber quién goza de respaldo popular son los votos. No es suficiente que el Caporal le haya dado la bendición a Kevin Ávila. Ese joven tenía que demostrar que sus compañeros universitarios lo apoyaban. Los estudiantes hablaron y Ávila quedó raspado, pero no aceptó el dictamen popular y arremetió contra todo lo que lo dejaba en evidencia.
Ayer la ministra para la Educación Universitaria, Yadira Córdova, que por esas ocurrencias de Chacumbele también se ocupa de las adolescentes embarazadas, dijo con su cara muy lavada por VTV que el gobierno no apoya ningún tipo de violencia. La señora agregó que en estos 13 años de gobierno revolucionario han demostrado que son defensores de la paz.
Lo cierto es una cosa: es imposible creerles. Si de verdad rechazan la violencia hubieran realizado las investigaciones de todos y cada uno de los ataques que se han producido contra la UCV y en otras casas de estudio del país. En el caso de la UCV no hay un solo detenido ni acusado formalmente por la Fiscalía, luego de más de 50 hechos violentos.
Pasados cinco días, acaso algún funcionario gubernamental hizo mención de lo ocurrido el viernes en la UCV. Y eso en respuesta al emplazamiento de la rectora García Arocha. Una imagen vale más que mil palabras y todos recordamos a Chacumbele levantándole la mano a Kevin Ávila. Hay que ser bien caretabla, como dicen ahora los chamos, para venir a hablarnos de paz
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