Editorial Tal Cual Digital
“Lamentablemente hay muchas personas en el mundo que creen que en Venezuela hay una dictadura”, la frase pertenece al vicepresidente Elías Jaua, quien expresó su lamento mientras visitaba Rusia. Claro que el bueno de Jaua no entiende por qué hay tanta gente que cree eso. Se trata según él de personas confundidas, entre las que incluye a todos los venezolanos que no apoyan el proyecto de su Caporal.
“Hay personas que se nos oponen porque han sido cargadas de confusiones, de mentiras que nosotros no hemos sabido contrarrestar”. Desde luego, Elías, quienes nos oponemos lo hacemos porque estamos confundidos. Pero podría ser que a esas confusiones contribuyen algunas decisiones que se producen en el país. Por ejemplo, que siempre todos los demás “poderes” decidan y tomen acciones milimétricamente alineadas con los gustos y pretensiones del Caporal. Cuando veamos y oigamos a la presidenta del TSJ, a la Fiscal General o a la Defensora del Puesto hacer alguna objeción a su jefe, entonces tal vez empecemos a dejar de confundirnos. Que Conatel cierre RCTV, 32 emisoras radiales, y tenga una sistemática campaña de acoso contra Globovisión para tratar de desaparecerla de un solo golpe, obliga a dudar del carácter democrático del gobierno.
Las reiteradas multas y demandas contra diversos medios (incluyéndonos a nosotros) abonan en la creencia de que el modelo político de Esteban no puede aceptar medios de comunicación capaces de transmitir la realidad verdadera en vez de la virtual que ofrece Esteban y sus canales. Si los agresores de los colegas de la Cadena Capriles hubiesen sido, al menos, imputados, tal vez la “confusión” fuera menor. También contribuye con la “confusión” de quienes no apoyan a Chacumbele, su desconocimiento de la voluntad popular, pues eso fue lo que ocurrió cuando decidió eliminarle competencias a gobernadores y al alcalde mayor, al perder las elecciones regionales de 2008. Otra de las “mentiras” que contribuye a esa opinión poco favorable para el Caporal son las agresiones permanentes contra todo gremio, organización política, o profesional, que ose enfrentar su proyecto. Las campañas de descrédito contra ciudadanos, adelantadas desde los medios del Estado, secuestrados por el oficialismo, gozan del silencio cómplice del alto gobierno. También la “confusión” se alimenta de las expropiaciones e invasiones que se hacen desde el Ejecutivo o amparadas por éste. Además que muchas de ellas no se pagan, lo que las convierte en un atraco y no en una expropiación. Qué decir de los derechos laborales, cuando dirigentes sindicales como Rubén González son puestos presos por cumplir con su deber de defender los derechos de los trabajadores. Cuando hay más de 200 dirigentes sindicales sometidos a juicio por la misma causa. ¿Acaso la orden de meter presa a la jueza María Lourdes Afiuni o al ex alcalde de Maracaibo Manuel Rosales no la escuchó toda Venezuela de labios del Caporal? Orden que fue cumplida cabalmente por la administración de “justicia”. Que la AN haya “construido” circuitos electorales para fabricar una mayoría artificial, también contribuye con la “confusión” de la que habla Jaua. Lo mismo ocurre cuando el Parlamento saliente otorga una Ley Habilitante que sobrepasa su lapso de legislación. Este es un resumen, muy apretado, de las actuaciones de una administración que ha convertido a la mentira y la manipulación en políticas de Estado, lo que para muchos venezolanos lo hace parecer cada día más a una dictadura. Jaua está confundido si cree que nosotros estamos confundidos.
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