Por: VenEconomía
Al igual que todos los que han instaurado regímenes dictatoriales en sus naciones, Hugo Chávez está tratando desde hace 13 años de socavar la autonomía de las universidades venezolanas, para suplantarlas con universidades controladas por el Gobierno, donde se refuercen los “valores socialistas” de los futuros profesionales.El ataque oficial ha llegado por diferentes flancos, uno de ellos, la formación de grupos violentos comprometidos con la “revolución bolivariana” que generan caos interno e imposibilitan la convivencia pacífica indispensable para el estudio, el análisis y la investigación.
Ésta es una tarea que le es muy familiar a algunos de los funcionarios de alto rango del Gobierno chavista, que en su pase por la universidad fueron los encapuchados, saboteadores y quema cauchos de la época. Pero que, sin embargo, no deja de ser una malévola ironía para otros funcionarios que están hoy en el poder, que se beneficiaron en los 40 años de democracia de la libertad de cátedra que da la autonomía universitaria, y que se traduce en el pleno ejercicio del libre pensamiento y expresión y en el respeto de la diversidad política e ideológica de todos sus componentes humanos.
No obstante este férreo cerco gubernamental, ha sido el sector universitario en su conjunto uno de los pocos sectores que han confrontado de manera ingeniosa y firmemente el avance hegemónico del chavismo.
Claros ejemplos tanto de la barbarie chavista como de la dignidad democrática se dieron en las elecciones de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, realizadas este fin de semana.
Por un lado, el sabotaje y la quema de las puertas y alrededores del Aula Magna de la UCV, de mano de grupos oficialistas tratando de evitar, inútilmente, que se proclamara el contundente triunfo de Juan Requesens, de la plancha “Viva la U” (más de 6.000 votos) y el silencio cómplice ante estos hechos de los poderes públicos manejados por Hugo Chávez.
Por otro, el talante democrático de todo el cuerpo universitario que impidió que se concretara este vandalismo, resguardando casi en su totalidad las actas electorales.
Los resultados de las elecciones en la FCE-UCV, reflejan una vez más que la voluntad de la mayoría de los estudiantes es que priven los valores de libertad y el respeto a la diversidad en la universidad. Hoy es un hecho consumado la derrota de Kevin Ávila (1.000 votos), el mismo activista del chavismo, “galardonado” con el premio Livia Gouverneur por la Ministra de Educación tras sus hazañas violentas contra la UCV y sus agresiones a su rectora, Cecilia García Arocha.
Para muchos analistas, éste es un pequeño adelanto de lo que podría suceder en octubre de 2012, ante el eventual triunfo de la oposición en las presidenciales. Es de esperar, que tal como hoy la comunidad universitaria defendió la voluntad libertaria de los estudiantes, la comunidad movilizada defienda mañana la voluntad de la mayoría democrática.
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