Un terremoto de magnitud 5,4 sacudió hoy el norte de Italia y se sintió desde Génova o Turín, en el noroeste, hasta la región del Veneto, en el noreste, sin que por el momento haya constancia de daños personales, aunque sí materiales.
Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV), el seísmo se produjo en torno a las 15.53 hora local (14.53 GMT) a 60,8 kilómetros de profundidad y con epicentro en la provincia de Parma (norte), en la región de Emilia Romagna.
El temblor, que sembró el pánico entre la población, tuvo lugar después de que el pasado miércoles en esa misma región italiana se registrara un terremoto de magnitud 4,9, que tampoco causó daños personales.
El seísmo de hoy provocó daños en el complejo arquitectónico del siglo XVIII de la Reggia de Colorno, próximo a la ciudad de Parma, habitado en un tiempo por la familia Farnesio y Borbón y que hoy alberga exposiciones temporales.
En este complejo monumental, según informan los medios de comunicación italianos, cayeron al suelo por efecto del temblor al menos tres estatuas de la fachada y sufrieron daños las balaustradas de los balcones.
Además, se vino abajo parte del techo de una iglesia de la localidad de Massa, en la región de Toscana (centro), sin llegar a dañar a dos feligreses que en ese momento se encontraban en su interior.
Al igual que ocurriera el miércoles, el temblor de hoy se dejó sentir, sobre todo, en los pisos más altos de los edificios de Milán, considerada la capital financiera de Italia y donde se procedió inmediatamente a la evacuación de los colegios.
Los servicios de emergencia siguen trabajando para comprobar el estado de los edificios, mientras en Milán la situación en las calles es tranquila.
Protección Civil "está trabajando con los bomberos y, hasta ahora, no tengo noticias de grandes daños. Se están llevando a cabo las comprobaciones", informó el concejal para la Protección Civil de Génova, Francesco Scidone.
La compañía nacional de ferrocarriles italiana, Ferrovie dello Stato, llegó a suspender durante unos minutos el tramo entre Bolonia y Milán y redujo la velocidad de los trenes en Emilia Romagna, como medida de precaución ante la posibilidad de que el seísmo causara daños en las infraestructuras.
El pasado miércoles, además del temblor de 4,9 grados de Emilia Romagna, se registró otro de 4,2 grados en la vecina región de Veneto, que no provocó daños ni materiales ni personales.
Como hace dos días, fue el movimiento de la placa Adriática el que hoy ocasionó el terremoto, en esta ocasión hacia la cordillera de los Apeninos, que recorre por el centro la península itálica de norte a sur.
Según el INGV, es posible que haya otros terremotos tras el de esta jornada, incluso más fuertes, hasta de 6 grados en la escala de Richter, por lo que Protección Civil convocó una reunión de urgencia en Roma para hoy para analizar eventuales planes preventivos.
La península itálica es una zona de gran actividad sísmica y el 6 de abril de 2009, en la ciudad de L'Aquila (centro), se produjo un terremoto de 5,8 grados en la escala de Richter que dejó unos 300 muertos y varias decenas de miles de evacuados.
Globovisión/EFE
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