Las relaciones amorosas y las amistades sanas reducen los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, mejoran la presión arterial y reducen la ansiedad, estrés y depresión. Además, contribuyen a alargar la esperanza de vida
El cancionero popular no se ha cansado de recordarnos que el desamor puede arruinarnos la salud. Pero de igual modo, el amor también la mejora. El amor, que siempre representamos con un corazón, es precisamente bueno para el corazón.
La Fundación Española del Corazón explica que el amor influye directamente en la salud de nuestro corazón, ya que reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y contribuye a alargar, de esta manera, la esperanza de vida.
Coincidiendo con la celebración de San Valentín, la FEC explica que los vínculos con la pareja, amigos y familiares mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, conocidos como "factores psicológicos de riesgo".
Según un estudio llevado a cabo por la World Heart Federation, las personas que siguen algún tratamiento para abordar patologías cardiovasculares y cuentan con un entorno feliz, mejoran entre dos y cuatro veces su capacidad para reponerse de la enfermedad.
Matrimonio y estrés, menos salud.
Por el contrario, otro estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo demostró que las mujeres con matrimonios estresantes tenían tres veces más riesgo de sufrir un ataque cardíaco que las que tenían una buena relación con su pareja.
"Existe una clara relación entre nuestro estado de ánimo y la salud de nuestro corazón", ha señalado Miguel Ángel García Fernández, vicesecretario de la Sociedad Española de Cardiología.
Por ello, "para prevenir enfermedades cardiovasculares, además de controlar la tensión, los niveles de colesterol, realizar ejercicio y seguir una dieta saludable, hemos de favorecer la presencia de sentimientos positivos reforzando nuestros lazos afectivos con nuestro entorno".
NDO/TalCualDigital
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