En la avenida Urdaneta de Caracas se despliega tremenda gigantografía en la fachada del Banco Central autocongratulándose por la "repatriación" del oro. Letras doradas sobre rojo rojito califican como "Misión cumplida" el regreso de los lingotes a la patria soberana. Esa era entonces la misión del BCV. Lo de controlar y bajar la inflación no. Lo de evitar que el bolívar fuerte se fuera al diablo y quedara más débil que chavismo en el Country Club, tampoco. Será que esas son misiones imposibles para este BCV.
NDO/TalCualDigital
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