Simón Boccanegra/NDO/TalCualDigital
En la página web de lo que queda de la Radio Nacional aparece hoy un texto, firmado por un tal Adal Hernández, que es un anuncio de lo que será la guerra contra Capriles Radonski. Digo la “guerra” a secas y no esa derivación de esta que es la “guerra sucia” porque toda entera será sucia, si no lo impiden los propios dirigentes chavistas, comenzando por Hugo Chávez. Es un aullido anti-semita, que intenta descalificar a Capriles por su condición judía. Por supuesto que el texto no revela ningún secreto.
Henrique jamás ha negado su ascendencia judía (aunque él, desde el punto de vista religioso, es católico), pero la utilización de esa condición en la campaña electoral tiene la perversa intención de explotar el prejuicio antijudío que existe en algunos reducidos sectores de nuestro pueblo. La canallada consiste en hacer de la discriminación racial y religiosa un arma electoral. No se discute la capacidad de Capriles para ejercer el cargo, ni sus ideas políticas.
Simplemente, se niega a Capriles la posibilidad de ser Presidente porque es judío. Por ahí vienen los tiros. Sería un precedente –que para su vergüenza eterna le ha tocado establecerlo a un chavista-, que no debería dejarse prosperar. Me niego a creer que en el chavismo no existan mentes sensatas que levanten su voz de condena de este exabrupto. El propio Chávez debería tomar cartas en el asunto, para cortar de raíz la utilización de la discriminación racial y religiosa como “argumento” electoral.
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