Las autoridades cubanas continuaron su campaña represiva el miércoles durante el último día de la visita del papa Benedicto XVI, al tiempo que recibían la condena de Amnistía Internacional por las detenciones, amenazas e interrupción de los teléfonos de los opositores.
Javier Zúñiga, asesor especial de AI, en Londres, calificó la política de cero tolerancia del gobierno cubano como un ejemplo de cómo las autoridades “desprecian” los derechos humanos.
“Cuba debe acabar de manera urgente con el acoso de opositores y garantizar a todo el mundo la libertad de expresión necesaria para que los activistas puedan llevar a cabo sus legítimas actividades”, afirmó Zúñiga.
El miércoles, otra veintena de disidentes habían sido objeto de amenazas, arrestados durante horas o forzados a mantenerse en un régimen de reclusión domiciliaria.
Un reporte preliminar del Centro de Apoyo e Información de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), con sede en Miami, contabilizó 250 disidentes acosados a lo largo de una semana. La ola represiva afectó a disidentes, activistas de derechos humanos, artistas y periodistas y blogueros independientes.
Entre los arrestados figuraron Sara Martha Fonseca Quevedo, una activista extraordinariamente activa y miembro del Partido Pro Derechos Humanos, y Ciro Díaz, del grupo de rock Porno para Ricardo, famoso por sus canciones y declaraciones anticastristas. Las autoridades también detuvieron al poeta y actor Ismael de Diego, hijo del fallecido dibujante y realizador cinematográfico Rapi Diego, así como al pintor de grafitos Danilo Maldonado Machado, conocido como El Sexto.
En La Habana, aproximadamente 43 opositores fueron trasladados a estaciones policiales o puestos bajo arresto domiciliario, de acuerdo con el informe. La lista incluye a varias integrantes de las Damas de Blanco, madres y esposas de presos políticos, y líder Berta Soler.
Al cierre de esta edición, el paradero de Soler y su esposo, el ex preso político Angel Moya, era desconocido. Sus teléfonos celulares estaban fuera de servicio. Soler quedó en reunirse junto con otras mujeres del colectivo femenino en un parque ubicado en la intersección de la Avenida de Rancho Boyeros y la calle 20 de Mayo. El grupo tenía planeado dirigirse a la Plaza de la Revolución para asistir a la misa papal. Soler y su esposo nunca llegaron a la cita.
Otras de las Damas de Blanco detenidas fueron Belkis Felicia Jorrín Morfa, Laura Labrada Pollán y Alejandrina García de la Riva. Labrada fue arrestada y sacada de su vivienda a las 6 a.m., dijo Blanca Reyes, portavoz de las Damas de Blanco en España a Radio Martí, en Miami.
Las activistas del colectivo femenino habían pedido reunirse con el Papa al menos “un minuto” para informarle sobre la situación interna y los actos de hostigamiento a que son continuamente sometidas. La solicitud fue rechazada por falta de tiempo en la agenda papal.
Sin embargo, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, aseguró el miércoles en una conferencia de prensa en el habanero Hotel Nacional que la situación de los disidentes y los presos “había sido abordada” por el Papa durante su encuentro con el gobernante Raúl Castro.
El informe de la ARC también registró decenas de detenciones en otros puntos de la isla. En la provincia occidental de Matanzas se contabilizaron 16 arrestos de opositores. En las ciudades de Holguín y Santa Clara el informe tomó nota de 29 y 58 arrestos, respectivamente.
ARC alertó a la comunidad internacional a mantenerse vigilante sobre el estado de las libertades individuales en la isla. Asimismo pidió que se denuncien las acciones represivas que posiblemente desatará el gobierno cubano “ahora que la visita de su Santidad ha culminado”.
“Esta visita papal ha reflejado el sacrificio y valor de resistir el sufrimiento”, afirmó Orlando Gutiérrez, miembro del secretariado de la ARC.
“La oposición cubana dentro y fuera de Cuba ha logrado que el tema central de esta visita papal sea el derecho de los cubanos a la libertad y la democracia”.
Fuentes de la disidencia interna consultadas por El Nuevo Herald denunciaron que el cerco policial y la vigilancia “casi personalizada” sobre la oposición se realizó con apoyo de los Comités de Defensa de la Revolución y las Brigadas de Respuesta Rápida. Ambos núcleos actúan bajo la sombrilla de las autoridades y generalmente sus actos son perpetrados con total impunidad.
El joven opositor Eliécer Avila dijo que el control podía notarse claramente en las calles de La Habana como un estado de queda.
“Todos hemos sido muy bien controlados, así han estado las cosas”, comentó. “Nosotros no hemos podido reunirnos porque nos han seguido a todos lados. Dos, tres y hasta cuatro agentes te vigilan en motos o han estado apostados ahí, frente a tu casa”.
Entre las medidas represivas implementadas por las autoridades desde la llegada del Papa estuvieron cortes de los teléfonos celulares y residenciales de los opositores.
Oswaldo Payá, coordinador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), fue uno de los pocos disidentes que logró asistir a la misa papal en la habanera Plaza de la Revolución tras evadir el control policial. Dijo que los grandes ausentes han sido precisamente los que defienden los derechos humanos.
“Hablo de ellos y a nombre de ellos que no han tenido voz, sólo desprecio y represión y hay que recordarlo”, sostuvo Payá en un comunicado publicado en el sitio de internet del MLC. “Ellos son los que defienden la reconciliación, la paz y la libertad en Cuba, sin embargo, a ellos son a los que han excluido. Los han excluido con terror”.
René Gómez Manzano, abogado y miembro del Comité Cubano Pro Derechos Humanos y la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, afirmó que fue testigo, en la Plaza de la Revolución, de un acto de represión contra un ciudadano que oró en voz alta por el cese del sistema comunista.
“El ciudadano, de unos 60 años, alto y delgado, fue sacado por tres agentes represivos del régimen”, relató Gómez. en la plataforma de internet Háblalo sin Miedo.
El Nuevo Herald
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