Oye, chico, qué casualidad. Se llaman igualito al ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa, al ministro de Vivienda y Hábitat, al de la Banca Pública y al presidente del Banavih. Debe ser que el país tiene una limitación de nombres para llamar a los que nacen aquí
Cómo se nota que la cantera de talento de este gobierno es inagotable. Cada vez que tienen que nombrar a un funcionario, tienen que escoger entre los miles y miles que hacen cola para formar parte del alto gobierno, en puestos claves, donde la eficiencia y la probidad es la bandera. Hay tanta disposición y talento que se quedan cortos los puestos disponibles para ser ocupados uno a uno por tantos profesionales eficientes. Por ejemplo, el martes fue designada la presidencia y junta directiva del Fondo Simón Bolívar para la Reconstrucción (el que maneja la platica pa’ la construcción de casas). Al frente pusieron a un desconocido, un talento joven, recién salido, sin historia, demostración de la desconcentración del poder. Nombraron a Rafael Ramírez. En la junta directiva otros de los que nadie ha escuchado nada malo: Ricardo Molina, Rodolfo Torres y Mario Isea. Oye, chico, qué casualidad. Se llaman igualito al ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa, al ministro de Vivienda y Hábitat, al de la Banca Pública y al presidente del Banavih. Debe ser que el país tiene una limitación de nombres para llamar a los que nacen aquí. De lo contrario, va a parecer que siempre son los mismos que van paseando y acumulando cargos, como si de un medallero se tratara. Pero no, vale. Seguro es lo otro. Acuérdate que ellos vendían la renovación, el fin de las macollas, el destierro de los clanes.
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