Carlos Marx que escribió libros tan largos y profundos que guiaron mal que bien a millones de revolucionarios en el mundo para tratar de acabar con el capitalismo sin lograrlo, fue superado por un texto redactado por Esteban de más de 500 artículos y que alcanza el sueño tan deseado por Marx, Lenin, Mao y Fidel, entre otros, ¡acabar con la explotación del hombre por el hombre!
SiMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
El general en jefe y ministro de la Defensa, Henry Rangel Silva, luego de desplegar sus "tropas" el sábado 5 de mayo en El Llanito, cumpliendo con los planes del Comando Estratégico Operacional de la FAN para llevar a cabo un operativo humanitario, se permitió conversar con un grupo de periodistas, la mayoría de ellos del sistema nacional de medios "públicos".
No es un dechado de virtudes el general a la hora de hablar, pues lo que hizo fue mal hilvanar un discurso donde repitió consignas y frases de la propaganda gubernamental. Hasta ahí nada novedoso, todo dentro del guión, pero repentinamente tuvo un rapto de "originalidad" y el hombre disparó una afirmación de gran calado: la Ley del Trabajo aprobada por el gobierno de su admirado líder "acaba con la explotación del trabajador".
Carlos Marx, de quien se conmemoraban 190 años de su nacimiento, debe haberse revolcado en su tumba, pero de la risa luego de conocer semejante afirmación. Él que escribió libros tan largos y profundos, los cuales guiaron mal que bien a millones de revolucionarios en el mundo para tratar de acabar con el capitalismo sin lograrlo, fue superado por un texto redactado por Esteban de algo más de 500 artículos y que alcanza el sueño tan deseado por Marx, Lenin, Mao y Fidel, entre otros, ¡acabar con la explotación del hombre por el hombre!
Creemos que el general no tiene muy claro qué es eso del socialismo. Entre escuchar las peroratas de Chacu sobre el tema y conversar con los militares cubanos que lo asesoran, el hombre se debe haber hecho un pasticho mental sobre la materia que lo llevó a decir lo que dijo. La otra posibilidad es que, consciente de las bondades que las jaladas tienen para quienes las practican, haya decidido ejercitar una de ellas y, quién quita, ascender al grado de mariscal, emparejándose con Antonio José de Sucre. Recuerden que estamos en una "guerra" de cuarta generación.
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