SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
El camarada Oscar Figuera, diputado y secretario general del PCV, ha declarado que él está esperando la publicación de la Ley del Trabajo en la Gaceta Oficial para conocerla y poder emitir opinión sobre la materia. La cosa no pasaría de un reclamo banal más, de no ser que Oscar Figuera presidió durante años la comisión parlamentaria que trabajaba en la redacción de la ley laboral, hasta que Chávez se la arrancó de las manos para hacerla él. La desconsideración con la cual Chacumbele trata a su pequeño aliado comunista encuentra en este episodio una suerte de clímax.
Uno no entiende cómo una organización política que se precia de su dignidad se deja maltratar de este modo. Figuera ni siquiera fue tomado en cuenta para integrar la Comisión Presidencial que acompañó a Chávez en el parto de la ley. El partido de Jesús Faría y Gustavo Machado jamás se habría dejado echar esa vaina. La que, según Chacumbele, es la ley más consultada del mundo, ni siquiera lo fue con quien bien podría haber sido considerado su padre, dado el empeño y el trabajo que puso en sacarla adelante, ante la permanente reticencia de la gente del PSUV, embrollada como estaba con lo de las prestaciones.
Una prueba más, tantas ha habido, de lo que anda predicando urbi et orbi la experimentada foca y delincuente jurídico Eladio Aponte sobre la división de los poderes y que al parecer quieren suscribir otras focas vengadoras o aterradas. Lo más triste del caso no son por supuesto los serviles denunciantes ni tampoco, si a ver vamos, el microscópico partido stalinista, sino la clase trabajadora silenciada y manipulada por la voluntad autoritaria del napoleoncito local.
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