NADESKA NORIEGA ÁVILA | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
La Guaira.- En el área del estacionamiento del terminal internacional del Aeropuerto de Maiquetía, identificada con la letra D, y desde donde se visualizan los accesos superiores principales, una marca heterogénea cubierta torpemente con tierra es señalada por unos cuantos curiosos o simplemente ignorada por viajeros que con prisa arrastran equipajes.
La marca es la huella del charco de sangre donde quedó tendido la madrugada del martes el joven Juan Bautista Padrón Báez (27), asesinado por un motorizado para robarle una cadena y una pistola, mientras se dirigía a su vehículo, junto a un amigo y su novia, que acababa de regresar de Miami.
Pero la curiosidad por la escena de crimen no era lo único inusual ayer en las áreas del estacionamiento de Maiquetía. También lo era el rígido operativo que llevaba a cabo funcionarios de la Guardia Nacional y hasta la presencia de efectivos de Polivargas, que en bicicleta y con una patrulla, prestaban custodia al espacio.
Esto va a durar mientras esté el barullo y el tema del chamo asesinado cause ruido. Después que se olvide, esto volverá a estar solo. Los guardias se irán nuevamente a las partes internas, donde les conviene más estar porque allí es donde están los guisos: la venta de dólares, las salidas y chequeos ilegales, el cobro de protección a maleteros, taxistas ilegales y vendedores ambulantes. Aquí todo se mueve por real. Se perdió todo respeto. Y llegamos a este punto porque no hay control. No hay quien ponga orden y haga cumplir las leyes. Empezando porque qué hacen motorizados transitando por una zona que debe ser de seguridad y resguardo", comenta uno de los taxistas de líneas permisadas por el Aeropuerto de Maiquetía, quien lleva 23 años allí y no desea ser identificado.
La mayoría de los consultados, empleados del Aeropuerto, usuarios del estacionamiento y viajeros, coincidieron en que la escasa vigilancia y el incumplimiento del plan de seguridad aprobado hace año y medio, han colocado al principal aeropuerto del país en un estado de vulnerabilidad ante el hampa.
"De acuerdo al plan, la alcabala de entrada peatonal sería reactivada y puntos de control estarían en funcionamiento en las entradas de los estacionamientos para garantizar la prestación de servicio las 24 horas. Se ubicarían mas puntos de control y se reforzaría la iluminación de los tramos peatonales. De estos acuerdo ninguno se ha cumplido a cabalidad", asegura miembro de la Dirección de Seguridad del aeródromo litoralense.
También afirman que tras la ocupación de los apartamentos que se construyeron dentro del aeropuerto, la inseguridad se ha vuelto más evidente. De hecho, fuentes de Polivargas y el Cicpc manejan la hipótesis de que los victimarios de Padrón podrían vivir en el urbanismo "Brisas de Maiquetía".
Por su parte, voceros de la empresa que maneja los estacionamientos del aeropuerto aseguran que cumplen con todos los parámetros que exige la concesión. "Sin embargo, nuestro personal, cinco guardias de seguridad por turno, solo son facultados legalmente para prestar apoyo preventivo, no para dar respuesta a hechos violentos. Urge el apoyo de la GN", comenta Edgar Rujano, coordinador de Operaciones de la empresa concesionaria.
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