Hollande negó que esa diferencia sea producto de acuerdos formales con otros partidos: "Nicolás Sarkozy me subestimó", afirmó. Por su parte, el mandatario que busca su reelección se esforzó por desmentir los sondeos y sostuvo que la elección será "muy reñida" y "se va a jugar en el filo de la navaja".
La encuesta publicada sobre el cierre de campaña y a dos días de los comicios fue elaborada por el instituto Ipsos, encargado de los sondeos en este tipo de eventos. No obstante, estos porcentajes, sumados a los de otros institutos de opinión destacaron que la diferencia entre ambos se ha ido reduciendo, ya que en todas Sarkozy ha ido recortando distancias de entre uno y dos puntos.
Durante uno de sus últimas apariciones previas a la veda que se iniciará a la medianoche de hoy, Hollande aseguró que el respaldo dado a su candidatura por el ex postulante Francois Bayrou no era fruto de "ningún acuerdo" con el dirigente centrista que obtuvo poco más del 9 por ciento de los votos en la primera vuelta del 22 de abril.
Por su parte, en su último mitin de campaña, Sarkozy se quejó de las encuestas que lo dan como perdedor y afirmó que "el pueblo de Francia no se ha sentido nunca como en estas últimas semanas insultado (...), manipulado". "Se le faltaba al respeto" y "se le quiere imponer una decisión" a través de lo que llamó "el pensamiento único" vehiculado por "un sistema político-mediático" que a su juicio ya se equivocó en sus pronósticos de la primera vuelta, cuando le daban mucho más distanciado de su rival. Además, se calificó como "víctima", denunció "una forma de intolerancia" e invocó repetidamente a "la mayoría silenciosa".
En la segunda ronda de las elecciones francesas están convocados a otar este domingo unos 46 millones de personas, para elegir al presidente para los próximos cinco años. De ganar Hollande sería la primera vez en 17 años que gobierna un socialista desde el final del mandato de François Mitterrand.
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